9 de mayo de 1778. Falleció el Teniente coronel
de infantería don José de Linares a
quien Manuel Centurión dejó encargado de la Gobernación de Guayana al separarse
del cargo, virtualmente por razones de salud aunque influyó mucho en su
decisión el conflicto sostenido con los misioneros capuchinos a los cuales el
Rey les dio la razón.
Don
José Linares, de 55 años, un año, murió
un año después de posesionarse como
Gobernador de Guayana, don Antonio de
Pereda Luscanótegui y Boulet, coincidiendo el comienzo de su ejercicio con el
nuevo status de la provincia: Guayana que al lado de Nueva Andalucía (Cumaná),
Maracaibo, Margarita, Trinidad y Caracas como Capital, había pasado a formar
parte de la primera unidad geopolítica de la Venezuela actual.
El 27 de abril de 1776, el Rey
nombró como nuevo Gobernador y comandante general de Guayana a don Antonio de
Pereda, Capitán del Regimiento de Cantabria, pero éste no tomó posesión de su
cargo sino el 27 de mayo de 1777.
Mientras llegara Pereda, Centurión
dejó encargado al Teniente coronel de infantería don José Linares, a quien el
Rey había concedido el empleo de Comandante de toda la tropa de la provincia,
facultado al mismo tiempo para sustituir al Gobernador en caso de ausencia o
enfermedad grave.
Por Real Cédula del 8 de septiembre
de 1777, las provincias de Guayana, Cumaná, Maracaibo, Margarita y Trinidad,
quedaron separadas de la Nueva Granada e incorporadas a Venezuela, provincia
que por efectos de la misma Cédula Real quedó elevada a la categoría de
Capitanía General. El nuevo status requería de un nuevo gobernante para la
Capitanía y el Rey Carlos III, quien estaba a punto de morir, concedió el honor
a Luis Unzaga y Amezaga.
Antonio de Pereda Lascanotegui y
Boulet tuvo para entonces de subalterno a José Felipe de Inciarte Sánchez,
quien más adelante sería gobernador de Guayana.
Inciarte, empleado de la Compañía
Guipuzcuana, fue nombrado por el Intendente de Caracas, José de Abalos, como
comisionado subalterno del gobernador Pereda, para cumplir una instrucción de
reconocimientos y posterior poblamiento de la costa guayanesa del Bajo Orinoco,
a fin de frenar las incursiones de holandeses y portugueses.
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