16 de junio de 1817. El General Pedro Briceño Méndez, secretario de Piar en la campaña de Guayana, responde desde Upata, una comunicación enviada por el Libertador desde Angostura, pidiéndole averiguara con relación al proyecto de un nuevo gobierno que se estaría cocinando para sustituir su autoridad. El Libertador recibió esta respuesta de Pedro Briceño Méndez: “Según estoy informado por el general Piar –contesta Briceño- no se ha tratado de erección de nuevo gobierno, o a lo menos no ha llegado a su noticia. Lo que se intenta no es crear, es reformar el que hay, y hablando en términos propios, ayudar a Vd en el gobierno. Es verdad que este pensamiento tal vez no habría tenido lugar sin la farsa de Cariaco; pero también es verdad que no tiene nada de semejante a aquélla. Aquí no se pretende la menor cosa contra Vd, su autoridad se respeta, y queda existente. Toda la pretensión es dar a V un senado o consejo para que tenga algo de democrático o representativo nuestra forma de gobierno, y para que haya quien trabaje en lo civil y político mientras Vd se ocupa en las atenciones de la guerra.
Esto es todo lo que he podido saber en el asunto; pero se me asegura, que aunque tiene un gran partido este proyecto, nunca fue el objeto de los que lo concibieron llevarlo a efecto tumultuariamente, sino proponérselo a Vd. y que se ejecutara con legitimidad. No sé si me engañan. Creo que no, porque no hay un motivo.
Yo no me atreveré a decir a Vd. mi opinión. Siendo yo un ente puramente pasivo debo pasar por todo y callar, además de que no me creo capaz de formarla en un negocio de tanta importancia. Conozco, sin embargo que, aunque no deja de tener sus inconvenientes, tiene también sus ventajas respecto de Vd. y respecto a la república (…)
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