7 de junio de 1902.
El General Manuel Antonio Matos, jefe supremo de
la Revolución Libertadora que desde el año anterior se había iniciado en el
centro de la República, nombró Jefe Civil y Militar del Estado de Guayana al
Coronel Ramón Cecilio Farreras.
De
hecho ya lo era, pues Farreras, Jefe de
Instrucción de las fuerzas acantonadas en la ciudad se había alzado con parte
del batallón “Cordero” y derrocado al general Julio Sarría, Presidente del
Estado Bolívar.
Hasta
el 23 de mayo que estalló la sublevación, el Estado Bolívar había permanecido
leal al gobierno de Cipriano Castro acosado por sublevaciones que en cada
sitio, especialmente en el oriente donde se fue sumando y conformando lo que se
llamó Guerra Libertadora y que en el fondo no era tal sino todo un movimiento
orquestado y animado por los intereses de la Bermúdez Company, explotadora del
asfalto de Guanoco y la cual se veía amenazada por las decisiones nacionalistas
del autócrata Cipriano Castro.
El
alzamiento de Farreras estuvo apoyado desde la calle por civiles encabezados
por el General Francisco Contasti Gerardino.
Sin embargo, el General Sarría, junto con el General Ovidio Salas, hizo
frente a los alzados y durante cinco días con sus noches la ciudad fue
escenario de una lucha sangrienta que obligó a los defensores del gobierno a
embarcarse en el vapor Masparro hasta San Félix, donde se le unió desde el
interior del Yuruary fuerzas del general Anselmo Zapata. Allí permanecieron algunas semanas hasta que
por orden superior abandonaron San Félix hostigada por las tropas de Farreras,
rumbo a Trinidad Sarría y a Carúpano el general Zapata. El coronel Farreras de esta manera pasó a ser
dueño total del Estado Guayana hasta julio de 1903 cuando se dio la famosa
Batalla de Ciudad Bolívar ganada por las fuerzas de Juan Vicente Gómez.
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