30 de mayo de 1846. El Congreso de la República
presidido por el senador Rafael Enríquez, decretó que la ciudad de Angostura,
Capital de la Provincia de Guayana, se denominara Ciudad Bolívar.
El decreto, ejecutado el día
siguiente por el Presidente de la República Carlos Soublette, comenzó a
cumplirse con todas las formalidades públicas del caso el 24 de junio del mismo
año.
Tanto el Congreso como el Presidente
de la República fueron de esa manera receptivos a la solicitud que en tal
sentido formuló con fecha 19 de enero de 1843 un grupo de destacados ciudadanos
angostureños encabezado por el entonces gobernador Ramón Burgos, el obispo
Monseñor Mariano Talavera y Garcés, el Rector del Colegio Nacional, Valenzuela,
Antonio y Juan Bautista Dalla Costa, Siegert y Ascención Farreras.
Los considerando del decreto del
congreso resumen las razones expuestas por los angostureños para el cambio de
este nombre por demás histórico y que ha costado al pueblo desprenderse de él.
Los angostureños argumentaban y se
lamentaban que el decreto del Congreso de Angostura, ratificado posteriormente
en Cúcuta, para que la Capital de Colombia se denominara Bolívar, nunca tuvo
efecto y que mientras el Alto Perú había pasado a llamarse República de Bolivia
y en algunas ciudades del Ecuador y de los Estados Unidos se honraba al
Libertador denominando ciudades con su nombre, en Venezuela, en cambio, no
había provincia, una ciudad, un pueblo, ni una villa que se llamara Bolívar, lo
cual consideraban una terrible mengua para la república.
Insistían los habitantes en su
documento de que “Angostura tiene motivos particulares para llevar este nombre
a gusto, porque ella fue la segunda cuna de la independencia y el asilo de los
patriotas errantes en países extranjeros: porque aquí empezó la época más
gloriosa de Bolívar y porque aquí sacó los recursos para liberar la Nueva
Granada y el resto de Venezuela”.
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