20 de marzo de 1734. En lo ciudad de Santo Tomás de la Guayana,
justamente en el Convento San Francisco que había sido transformado en
Fortaleza y cuando la Provincia de Guayana estaba bajo la jurisdicción de la
Nueva Andalucía, el gobernador Carlos de
Sucre suscribió con las tres Misiones Religiosas que operaban en la región, un
Pacto de Concordia por medio del cual se ponía fin al conflicto entre una
misión y otra por cuestiones jurisdiccionales.
Los
primeros misioneros establecidos en Guayana eran franciscanos llegados en la
expedición del Capitán y Gobernador
Antonio de Berrío a fines del siglo dieciséis. Luego en 1671 iniciaron su penetración los
misioneros jesuitas y en 1687 llegaron a Guayana para establecerse los primeros
capuchinos catalanes.
La
labor de los misioneros consistía en reunir, según el lugar asignado, a un grupo de indígenas y fundar con ellos un
pueblo, cuyo gobierno, instrucción y
civilización le estaba encomendados.
Para el sostenimiento fomentaban labranzas, hatos, forjas e ingenios
azucareros en cada pueblo fundado. Había
un gobernador llamado Prefecto para todas las misiones de determinada orden, un
tesorero común y un procurador que compraba las mercancías necesarias para
todos.
De esta forma
las tres clases de Misiones que trataban de abarcar a toda la Provincia de
Guayana se iban extendiendo hasta que inadvertidamente llegaron a un punto en
que una Misión se consideraba invadida por otra en su respectivo territorio, lo
cual generó un conflicto de jurisdicción que las autoridades reales zanjaron
mediante la siguiente delimitación territorial:: “Misioneros franciscanos
operarán desde Angostura para arriba
hasta las orillas de esta banda de abajo del Orinoco, en el río Cuchivero,
tirando línea recta desde las márgenes de dicho Orinoco hasta el Marañón o
Amazonas. Los Capuchinos operarán el territorio o distrito que hay desde la
misma Angostura para abajo hasta la boca grande del río Orinoco. Los jesuitas, desde la ribera de la parte
arriba del Orinoco, tirando siempre para arriba desde el mismo río Cuchivero lo
restante del Orinoco, tirando siempre para arriba, y yendo siempre unos y otros
linderos o demarcaciones línea recta del Orinoco al Marañón o Amazonas”..
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