26 de octubre de 1854. La
Logia Asilo de la Paz de Ciudad Bolívar perdura desde octubre
de 1854 por iniciativa de José Gabriel Ochoa quien fue su primer Venerable
Maestro y luego que “La Concordia”, fundada en 1818, se había extinguido por
los avatares. De ella sólo quedó el homenaje a su memoria una calle larga que
cruza todo el Casco Histórico de Ciudad Bolívar.
José
Gabriel Ochoa, su primer Venerable, hijo de Antonio José Ochoa y María Manuela
Urbina, había nacido precisamente en 1818 cuando fue fundada en Angostura, su
ciudad natal, la Logia La Concordia.
Durante
su juventud estuvo al lado del Gral. Tomás de Heres, pero se destacó como un
gran liberal bajo las bandaras amarillas de Ezequiel Zamora con quien
desembarcó en las costas de Coro el 22 de febrero de 1852 llegando a ser
Secretario del General Juan Crisóstomo Falcón durante la Guerra Federal.
Fue
diputado provincial, congresista, Gobernador de Guayana en 1872, Ministro de
Interior y Justicia, de Relaciones Exteriores y de Crédito Público. Falleció el
17 de febrero de 1876.
Acompañaron
a José Gabriel Ochoa en la fundación da la Logia Asilo de la Paz Nº 13, Simón
Meza y Fermín Carreño como Primer y segundo vigilantes, respectivamente; Ramón
Serrano en calidad de Orador Fiscal y Francisco Serrano, como Secretario.
La Logia Asilo
de la Paz No. 13 que tiene antecedente histórico en la Logia La Concordia
fundada por los patriotas en los sótanos de la Casa del Congreso de Angostura
en 1818, no tuvo edificación propia sino a partir de febrero de 1875 en la
calle Santa Ana donde aún pervive.
Anteriormente su sede era itinerante en casas arrendadas. Su sede y templo actuales fueron erigidos
sobre los muros de una casa de familia propiedad del comerciante Ángel Santos
Palazzi. Adquirida y cancelado su valor de 4 mil pesos en varias mensualidades. La Casa con el tiempo fue transformada, se le
construyó en la fachada dos columnas simbólicas del templo de Salomón y el
salón o templo de los ritos propios de la francmasonería en forma de escuadra. En esa vetusta casa en cuyo jardín mora una
estatua pedestre del Libertador inaugurado en 1883, se observan signo de la
vieja tradición que parecen inmortales y que se confunden con todos los orígenes atribuidos a la
masonería: las columnas, las espadas de Las Cruzadas, los signos del paganismo, la espada, la
escuadra, el compás y el mandil del
albañil. Por allí han pasado militares, guerreros, acaudalados hombres de negocios,
benefactores, filántropos, en fin, líderes de la libertad y la fraternidad.
Además
de la Asilo de la Paz, existen en Guayana la Logia “Pedro Cova”, de Upata;
“Dios y Patria”, de Tumeremo; “Dalla Costa”, de El Callao; “Sol de Imataca”, de
El Palmar; “Estrella Guzmán Blanco”, de
Ciudad Piar; “Domingo Faustino Sarmiento”, de San Félix; “Diego de Ordaz”, de
Puerto Ordaz; “César Obdulio Iriarte”, de Puerto Ordaz; “Estrella del Roraima”
de Santa Elena de Uairén y Logia Presidente Raúl Leoni, de Guri. Existen además
en el Estado tres Logias en situación de irregularidad, vale decir, sin
reconocimiento de las potencias Mundiales Regulares.
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