16 de Octubre de 1817. El General en Jefe Manuel Piar fue
fusilado en la Plaza de Angostura luego que el Consejo de Guerra presidido por
el Almirante Luis Brión lo sentenció a la pena máxima por el delito de
lesa patria, conspiración y deserción.
Piar, nacido en Curazao en abril de 1774, fue
fusilado a la edad de 33 años. Jalones
importantes de su trayectoria militar a favor de la independencia son las
batallas libradas en el Morro de Valencia, Pantanero, Güiria, Maturín, Los
Magueyes, Los Corocillos, Cumanacoa, Barcelona, Carúpano, El Juncal, Paso del
Caura, Puga y finalmente la Batalla de San Félix.
Piar
con la Guayana en sus manos y tan solo por vencer a las sitiadas Angostura y
Guayana La Vieja, entregó a Bolívar el
mando de sus tropas para que continuase
la campaña, pero Bolívar lo relegó y la urdimbre de la intriga envolvió
al vencedor de Chirica viéndose obligado a separarse del Ejército. No obstante, ya separado, los rumores sobre
la inconformidad de Piar y sus presuntos manejos conspirativos llegaron por vía
de Bermúdez a los oídos del Libertador, quien envió a Cedeño por su captura en
Aragua de Maturín. Más tarde el General
Carlos Soublette recibió orden de instruir el proceso “por los crímenes de
insubordinados a la autoridad suprema, de conspirar contra el orden y
tranquilidad pública, de sedicioso y últimamente de desertor”. El 14 de octubre se iniciaron las diligencias
y una vez dictado el auto de proceder, Bolívar nombró el Consejo de Guerra
presidido por el Almirante Luis Brión..
Como fiscal actuó Soublette y Defensor el Teniente Coronel Fernando
Galindo. El 15 de octubre el Consejo lo
condenó por unanimidad a ser pasado por las armas y Bolívar confirmó la
sentencia sin degradación. Llevado al patíbulo, Piar oyó con desprecio
la sentencia. Por dos veces arrebató con
violencia el pañuelo con el que quisieron taparle los ojos y finalmente cuando
el pelotón recibió la orden de disparar se abrió la esclavina y gritó: ¡Viva la
Patria! Como intentando ahogar con aquella exclamación el ruido implacable de
la descarga. El cadáver de Piar fue
sepultado en el cementerio El Cardonal.
Jamás se supo de sus restos. En 1928, en Bucaramanga, Bolívar volvió a
justificar el fusilamiento expresando: “La muerte de Piar fue una necesidad
política. Fue un golpe de estado que
aterró a los rebeldes y aseguró mi autoridad.
Nunca ha habido una muerte más útil, más política”. (AF)
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