12 de Octubre de 1920. Ciudad Bolívar, siguiendo el ejemplo
de Caracas y el Zulia, montó en esta fecha los llamados Juegos Florales para
los cuales sirvió de escenario el Teatro Bolívar y la voluntad de hombres
incondicionales de la cultura como el médico y poeta J. M. Agosto Méndez. Hubo
tres torneos: el primero, dedicado al Día de la Raza; el segundo, el centenario
de Juan Bautista Dalla-Costa y el último al Día de la Paz. Los juegos florales fueron certámenes
poéticos en los que se premiaban las mejores composiciones con una flor de oro,
de plata o con una flor natural. Se iniciaron en Toulouse, Francia, en la
tercera década del siglo XIV y luego pasaron a
España y de aquí a Venezuela. En
el siglo veinte empezaron en Caracas, promovidos por La Revista, que era un
semanario de arte y literatura, dirigido por Luis Alejandro Aguilar.
Luego
de Caracas, se realizaron en Maracaibo y en 1920 en el Teatro Bolívar de Ciudad
Bolívar en el que participaron intelectuales como F. Cova Fernández, ganador de
la Flor Natural, con su Canto Inmortal de diez versos, el
primeros de los cuales dice: “Bajo el
palio glorioso de las ínclitas velas/ la gran Alma Latina, sobre tres
carabelas, / a las vírgenes playas de América arribó / Aclamando el prodigio de
la madre Castilla / desató el Orinoco su argentea maravilla, / y sobre el Nuevo
Mundo nueva raza nació.”
El
premio la Gardenia de Oro lo obtuvo
B. Tavera Acosta por su trabajo de historia: “Las estrellas de la Bandera
nacional” y el premio de Violeta de Oro fue adjudicado al
cuento” Música Criolla.”
Hubo
accesit para los poemas “La Insignia de
la Cruz”, de María Cova Fernández; “Ve
de cara a la gloria de la apoteosis”, de R. Del Valle Lavaux y “Canto de la vida”, de T. Marcano
Villanueva. Asimismo para los trabajos de historia “Jardín Heroico”, de Darío Monserrat y “La agonía de la colonia”, de Leonte Olivo. También recibieron
accesit los cuentos “El propio esfuerzo”,
de Eduardo Oxford López y “El nido
roto” de Leonte Olivo.
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