22 de octubre de 1823.
Bolívar envía una carta al gobernante
del Paraguay, Gaspar Rodríguez Francia, intercediendo por la suerte de su amigo
Amadeo Bonpland, quien se halla detenido por el dictador a causa de haber
introducido innovaciones en el cultivo de la yerba mate, el cual consideraba
perjudicial para el comercio de s país.
Apresado en diciembre de 1821 y
conducido a Itapúa, Bolívar, a solicitud de su esposa, trata de interceder por
su libertad, pero no lo consigue y Bonpland quedó en cautiverio durante diez
años.
Bonpland, junto con Alejandro de
Humboldt, había estado durante el mes de julio de 1800 en Angostura tras una
expedición científica por todo el curso del Orinoco y Río Negro y ambos
científicos habían conocido a Bolívar en Paris y acostumbraban cartease. Enterado el Libertador de l suerte de Bonpland
escribe a su esposa: “Hace muchos años
tuve la satisfacción de ligar mis sentimientos a los del célebre y virtuoso
Bonpland, ahora digno esposo de Vd. He
sabido con sumo dolor, que este caballero se halla prisionero en el Paraguay
con la inocencia que caracteriza a los mártires. En consecuencia, me tomo la libertad de
dirigir a usted tres cartas para el señor Francia, con el laudable fin de
rogarle por la libertad de mi estimado amigo Bonpland; las que suplico a usted
se sirva dirigirlas por diferentes vías al Paraguay…”
La carta de Bolívar a Rodríguez
Francia decía entre otras expresiones: “Yo me encuentro ahora con el
sentimiento de saber que mi adorado amigo, el señor Bonpland, está retenido en
el Paraguay por causas que ignoro.
Sospecho que algunos falsos rumores hayan podido calumniar a este
virtuoso sabio y que el gobierno que V.
E. preside se haya dejado sorprender con respecto a este caballero. Dos circunstancias me impelen a rogar a V.
E encarecidamente la libertad del señor
Bonpland. La primera es que yo soy la
causa de su venida a América, porque yo fui quien le invité a trasladarse a
Colombia y ya decidido a ejecutar su viaje, las circunstancias de la guerra lo
dirigieron imperiosamente hacia Buenos Aires; la segunda es que este sabio
puede ilustrar mi patria con sus luces, luego que V. E tenga la bondad de
dejarle venir a Colombia, cuyo gobierno presido por la voluntad del pueblo”.
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