8 de agosto de 1817. El Brigadier Miguel de la Torre con su convoy de emigrados de la Angostura tomada por los patriotas, llegó por la anoche a la inglesa isla de Granada. Algunas embarcaciones por quedarse a la zaga fueron capturadas y la “Leal Guayanesa”, fragata que conducía a varios clérigos se atascó en un banco de arena en la deltaza isla Guacamaya. Aquí en este islote expiró y fue sepultado el obispo de la Diócesis de Guayana, José Ventura Cabello.
El número de emigrados que existía en los buques pasaba de 1.500. Bajo un prudente cálculo se conceptuaban que faltaban más de 2.000 extraviados o presas del río. Después que el General de la Colonia hubo dado permiso para permanecer en el puerto por algunos días, pasó oficio al Brigadier La Torre para que no permitiese a los soldados saltasen en tierra, sólo los oficiales, con tal que a puesta de sol, se retirasen a sus buques.
El brigadier que había fletado un buque inglés para enviar al Jefe del Estado Mayor a entrevistarse con Morillo e informarle de la desgraciada situación, al fin tuvo respuesta a finales de agosto. Morillo, quien se hallaba en Margarita, disponía que el convoy pasase a Cumaná a donde él iría y que para el efecto despachaba la fragata de “La Descubierta” y el bergantín de guerra “Periñón” al mando de don Francisco Topete y de don Juan Gavazo para acompañar al convoy de los emigrados.
A mediados de septiembre llegaron la fragata y el bergantín en busca del convoy y ya el día 20 estaban en Cumaná de donde había salido el general Morillo dos días antes para La Guaira dejando la orden de que con la tropa de Guayana se formase una compañía de voluntarios que quisiesen ir a la escuadrilla real del Orinoco que se estaba formando, pero que al final terminó en Puerto Cabello.
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