Los hechos históricos sobresalientes ocurridos en el Estado Bolívar, día por día, durante años diferentes, manteniendo la secuencia del calendario
jueves, 15 de noviembre de 2012
Intentos por restaurar las Misiones
28 de julio de 1826. Después de la degollina de los frailes hubo reiterados intentos por restablecer las Misiones del Caroní, tanto durante el gobierno de la Gran Colombia como en el de la Venezuela separada.
La Ley del 28 de julio de 1826, sobre Patronato Eclesiástico, considera la necesidad de restablecerla, pero la falta de recursos y debido a que la Iglesia tenía otras prioridades, la hicieron imposible, no obstante la perentoria necesidad de proteger al indio contra el mal trato, la explotación y el abuso que lo impelía a tener que retirarse a los bosques o huir a países vecinos.
Ante tal situación, el Libertador dictó un Decreto el 11 de julio de 1828 dando mayores facilidades, entre ellas, mejores beneficios para los sacerdotes misioneros, obligación de los novicios a prestar cinco años de servicio a las misiones, reapertura de los conventos menores y supresión de las disposiciones que exigían 25 años de edad mínima para ser postulados como misioneros.
Este decreto del Libertador no surtió efecto en Venezuela debido a los consabidos conflictos internos y no fue sino después de la separación de Venezuela y durante la segunda presidencia de Páez que se volvió a considerar el asunto. En 1841, el Presidente José Antonio Páez ordenó el restablecimiento de las Misiones, se contrataron misioneros en España, Francia, Italia, de los cuales, 11 fueron destinados a Caroní, pero no aguantaron mucho tiempo porque en los lugares asignados no existían las condiciones de trabajo indispensables y, por otra parte, eran hostilizados por quienes utilizaban y explotaban a los indígenas.
El último ensayo del siglo diecinueve se registró en 1890, año del Laudo Arbitral por el cual Venezuela perdió el territorio Esequibo. Entonces se contrataron 50 misioneros para la zona del Yuruari, Delta del Orinoco y Estado Bolívar, pero igualmente fue un fracaso.
Al iniciarse el Siglo XX, ante la alarma nacional que produjo la llegada a la Gran Sabana de grupos misioneros de países vecinos, sin autorización del Estado, y apoyado en las lecciones de los frustrados ensayos anteriores, el Ejecutivo nacional tomó nuevas medidas para asegurar definitivamente la revitalización del sistema misional en Venezuela.
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