La longevidad, característica de la familia, se cumplió de manera acentuada en la humanidad de Juan Eduardo Enet a pesar de que siempre fue más apegado a los goces de la vida terrenal que los demás. Se casó con Catalina Marcano, quien fue tan longeva como él y con ella tuvo seis hijos, 19 nietos y 3 biznietos.
No fue otra cosa en su vida que periodista de taller y de letras. Tomó la cosa al principio como deporte aprovechando la amistad de su familia con Edmundo Suegart. Después no hubo para él en lo adelante otra atracción que regletear, imponer, encuadernar, escribir y hasta llegar a ser Gerente de la imprenta.
No hubo sitio dentro de La Empresa que durante 62 años no recorriera y no conforme con esta labor, auspiciaba por fuera otras empresa periodísiticas. Así en 1913 fundó junto con Pedro Peinado la publicación El Demócrata y en el mismo año La Revista Semanal. En 1916 dirigió el semanario La Justicia y en 1924 La Voz del Orinoco, una revista literaria de vida menos efímera. La Justicia circuló cuatro años y era germanófila pues sus artículos y notas informativas favorecían al Káiser cuando la Primera Guerra Mundial.
A pesar de lo quebrantado de su vista y de sus piernas, Juan Guevara Enet murió sereno en su casa de la calle Cedeño donde se alzaba el mangal de sus años mozos que tanto añoraba. Desde allí sintió pasar el tiempo que le mermaba la vida. No era, por supuesto, el mismo tiempo de ayer. Este era otro. Este tiempo que le rebotaba sobre sus espaldas estaba lleno de ruidos y no conocía misterios. (AF)
Después de doce años de publicado este artículo es que lo estoy leyendo,soy Guayanesa hija de Francisco Mariño hijo natural de Juan Eduardo Enet,mil gracias
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