Un mes después, Manuel Aristeguieta, estrenó su vals “Ciudad Bolívar”: dedicado a Ginesita de Plaza Ponte. Lo estrenó en uno de los muchos pianos que entonces había en las casas distinguidas de la ciudad y que periódicamente venía desde Trinidad a reparar, Daniel Velasco, quien entonces se hospedaba en el Hotel Bolívar, no el actual, por supuesto, sino en el Hotel bolívar de Guillermo Eugenio Monch Siegart, fundado en 1900 en la calle Orinoco.
Había en la ciudad un notable movimiento artístico que crecía al rescoldo del Teatro Bolívar y que un lunes 12 de septiembre decidió canalizarse a través de una agrupación. Tal la Sociedad Filarmónica que se inició bajo la presidencia de Rafael N. Gil. Lo acompañaban en la directiva: Hermenegildo Alcocer, Mónico Cordero, Pedro Lucas Lunar y Ramón Díaz. El objeto era reunir a todos aquellos que poseyeran el divino arte de la música, a fin de proporcionar a nuestra sociedad actos de amena y culta distracción.
Animadores de esta sociedad eran los veteranos de la Banda del Estado, especialmente su director Jara Colmenares Antonio Lauro (padre) ejecutante del bombardino y quien en 1917 tendrá un hijo homólogo que le dará renombre a Venezuela y Guayana como Guitarrista y compositor de rango internacional.(AF)
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