16 de marzo de 1968.
Murió el juglar bolivarense, Alejandro Vargas.
Murió estrangulado por la artritis que lentamente terminó de apagar su
voz y el rasgueo de su guitarra. Se había pasado la vida en comparsas y
parrandas, ofreciendo serenatas y “cantando aguinaldos”, pero desde el primer
percance que le malogró la voz, abrigada
el temor por la soledad y la muerte que percibe en “Casta Paloma” uno de
sus aguinaldos nacionalmente famosos: Cuando yo me muera/ quien me irá a
llorar? / Sólo las campanas/ de la
Catedral.
Alejandro
Vargas es autor de otros veinticinco aguinaldos, entre ellos, “Conferencia” (De
noche le dice el sol a la Luna / que Ciudad Bolívar tiene una Fortuna / Todas
sus mujeres preciosas y bellas / por eso aplaudieron todas las estrellas); “Que
Luna tan bella” (Que Luna tan bella/ está con nosotros/ se torna de plata/ el
ancho Orinoco/ se mueven las aguas/ al pasar los peces/ vuelan las gaviotas/ y
luego amanece); “Misterioso Caroní” (Hay un gran misterio/ en el Caroní/ Nadie
se imaginar lo que pasa allí/ que han visto una nave/ en un Viernes Santo/ que
atraviesa el río/ con música y canto/ y dice la gente/ y la gente dice/ que es
en Caroní); “Palomita Blanca” (Palomita Blanca/ que emprendes el vuelo/ que no
exista dengue/ para el Año Nuevo/ un Milagro de oro a Dios ofrecí/ con tal que
la gripe/ se vaya de aquí).
Alejandro
Vargas, producto de una mezcla decantada con el tiempo del negro africano con
el amerindio, no tuvo más escuela y disciplina que su pobreza distraída en un
medio por donde podía andar sin tropiezos gracias a su alma sensitiva de
bohemio y rapsoda.
Durante
casi toda su existencia septuagenaria no pasó de estos contornos de ríos y de
selva y ya en los últimos meses de su existencia fue cuando por ese puente
mágico y eventual del extinto Quinteto Contrapunto, trascendió a lo nacional
con el aguinaldo “Casta Paloma” y “La Barca de Oro” que más tarde terminó
popularizando el conjunto “Serenata Guayanesa”.
En
la divulgación de sus composiciones, después de su muerte, también contribuyó
el Instituto de Cultura y Bellas Artes editando un disco antológico de sus
mejores piezas.
Visitaba la casa de mi madre con frecuencia.
ResponderEliminar