21 de agosto de 1817. Muere en la deltana isla La Guacamaya el
Segundo Obispo de Guayana, José Ventura
Cabello. Anciano y enfermo
padeció el sitio militar durante cuatro meses, lo cual agravó sus sufrimientos
y en ese estado fue obligado a abandonar Angostura en la noche del 16 al 17 de
julio de 1817, en la goleta Dolores, pero la nave encalló en un banco de
arena en la desembocadura del Orinoco y tanto el Obispo como los canónigos de
la Catedral, Felipe Ávila, Pérez Hurtado, un religioso observante y otros
pasajeros, terminaron refugiándose con la ayuda de una lancha en la cercana
isla de la Guacamaya donde el anciano Prelado expiro.
En la edición 9 del Correo del Orinoco (22 de agosto de
1818) se publica la siguiente nota en la última página: “Ayer 21 del corriente celebró el Señor Provisor Gobernador del
Obispado con asistencia del Clero de esta Capital el aniversario fúnebre del
Ilustrísimo Señor Obispo electo de esta Diócesis, Don José Ventura Cabello, que falleció el 21 de agosto del
año pasado en la isla desierta de la Guacamaya. Este venerable prelado natural
de Cádiz, gobernó por algunos años el Obispado sin haberse podido consagrar por
la dificultad que había en comunicar con la Santa Sede para impetrar las Bulas.
Sin embargo nos será siempre grata la memoria de sus virtudes, de su caridad, y
de los servicios que hizo a este país, de donde lo arrancaron con violencia los
Jefes Españoles, sin atender a su enfermedad y a su ancianidad. Por desgracia
el buque en que iba , quedo varado en la barra, y tuvo que transportarse con
varios sacerdotes y algunos emigrados a la isla inmediata de la Guacamaya, en
cuyo desierto agravándose sus males, falleció naturalmente en medio de sus
amigos, que lo asistieron como un Padre, suministrándole los socorros y la
humanidad de su religión. Se le dio allí mismo sepultura celebrándose el oficio
funeral con toda decencia y solemnidad que permitían las circunstancias, y
observándose cuanto previene para estos casos el Sínodo Municipal. Debemos
estas noticias al Señor Provisor, actual Gobernador de este Obispado, que lo
acompañaba, y en cuyos brazos exhaló su último
aliento. No tardarán en trasladarse sus venerables restos a esta Santa
Iglesia Catedral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario