27 de febrero de 1817. El General Manuel Piar queriendo dar a Las
Misiones del Caroní una administración eficiente y activa, desde su Cuartel
general de Upata, nombra al Padre José Félix Blanco, Comandante General para
que, investido de las facultades más amplias, recorra los diversos pueblos y
los organice conforme a las instrucciones siguientes:
“Habrá en cada pueblo,
además del Comisionado que nombraré yo, un Capitán que escogerá U.S entre los
naturales más hombres de bien y de influjo, si el que actualmente hay no
mereciese continuar en el empleo. Se
formarán listas de las que puedan llevar las armas, desde la edad de 14 hasta
la de 40 años.
Los menores de 20 vendrán
al Ejército y los mayores se organizarán
en compañías para cuando llegue el caso de necesitarlos, ofreciendo los grados
de oficiales á los que se distinguieren por su valor, actividad y patriotismo.
Tomará informes exactos
de las haciendas ó interese, pertenecientes á los capuchinos, particularmente
del número de ganado vacuno, caballos y mulas que contengan el hato de cada
misión.
Determinará el número de
reses innecesarias para la manutención de los indios, calculando para esto la
población y la riqueza del hato; y procurando economizar lo posible, prohibirá
expresamente que se mate el ganado pequeño y las hembras. Examinará la conducta de los
mayordomos, para mudar los que no sean de confianza y celosos del bien de la
hacienda.
Con el mayor
encarecimiento recomiendo á U.S. que vele sobre la conducta de los comisionados
que antes he nombrado, y los que nombraré; los hará llenar su deber y me dará
cuenta de las faltas que observe.
Procurara atraer a las
poblaciones los indios que estén dispersos huyendo: los tranquilizará, los
instruirá de sus derechos, infundiéndoles amor a la libertad y al servicio de
las armas, ó inspirándoles odio eterno contra los enemigos.
Para facilitar la
exportación de los efectos comerciales, como cueros, algodones, cafés, etc.,
dispondrá que se trasladen a Miamo todos los que existan de esta especie en
cada misión, y encargará cuido, bajo la más estrecha responsabilidad , al
comisionado de aquel pueblo, ó á una persona de confianza que deberá recibirlos
y entregarlos con cuenta formal.
Los granos y demás
provisiones que se encuentren en las misiones inmediatas á esta villa vendrán aquí: los que haya en las
más distantes se dirigirán á la Pastora para formar nuestro depósito de
reserva, con la misma formalidad que los otros efectos. Pero es de advertir que
existiendo aquí un Proveedor deberá recibirlos este, y en la Pastora el
comisionado que se nombre ó la persona que U.S. elija provisionalmente.
De resto yo reposo en la
confianza de que U.S. tomará cuantas medidas juzgue conveniente al bien general
de la patria y al particular de los pueblos y del ejército, que deben
prometérselo todo de la actividad, celo, pureza y demás virtudes que le
distinguen y adornan.”.
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