jueves, 18 de abril de 2013

Piar nombra a José Félix Blanco administrador de Las Misiones



27 de febrero de 1817.  El General Manuel Piar queriendo dar a Las Misiones del Caroní una administración eficiente y activa, desde su Cuartel general de Upata, nombra al Padre José Félix Blanco, Comandante General para que, investido de las facultades más amplias, recorra los diversos pueblos y los organice conforme a las instrucciones siguientes:
“Habrá en cada pueblo, además del Comisionado que nombraré yo, un Capitán que escogerá U.S entre los naturales más hombres de bien y de influjo, si el que actualmente hay no mereciese continuar en el empleo.     Se formarán listas de las que puedan llevar las armas, desde la edad de 14 hasta la de 40 años.
Los menores de 20 vendrán al Ejército  y los mayores se organizarán en compañías para cuando llegue el caso de necesitarlos, ofreciendo los grados de oficiales á los que se distinguieren por su valor, actividad y patriotismo.
Tomará informes exactos de las haciendas ó interese, pertenecientes á los capuchinos, particularmente del número de ganado vacuno, caballos y mulas que contengan el hato de cada misión.
Determinará el número de reses innecesarias para la manutención de los indios, calculando para esto la población y la riqueza del hato; y procurando economizar lo posible, prohibirá expresamente que se mate el ganado pequeño y las hembras.          Examinará la conducta de los mayordomos, para mudar los que no sean de confianza y celosos del bien de la hacienda.
Con el mayor encarecimiento recomiendo á U.S. que vele sobre la conducta de los comisionados que antes he nombrado, y los que nombraré; los hará llenar su deber y me dará cuenta de las faltas que observe.
Procurara atraer a las poblaciones los indios que estén dispersos huyendo: los tranquilizará, los instruirá de sus derechos, infundiéndoles amor a la libertad y al servicio de las armas, ó inspirándoles odio eterno contra los enemigos.
Para facilitar la exportación de los efectos comerciales, como cueros, algodones, cafés, etc., dispondrá que se trasladen a Miamo todos los que existan de esta especie en cada misión, y encargará cuido, bajo la más estrecha responsabilidad , al comisionado de aquel pueblo, ó á una persona de confianza que deberá recibirlos y entregarlos con cuenta formal.
Los granos y demás provisiones que se encuentren en las misiones inmediatas á  esta villa vendrán aquí: los que haya en las más distantes se dirigirán á la Pastora para formar nuestro depósito de reserva, con la misma formalidad que los otros efectos. Pero es de advertir que existiendo aquí un Proveedor deberá recibirlos este, y en la Pastora el comisionado que se nombre ó la persona que U.S. elija provisionalmente.
De resto yo reposo en la confianza de que U.S. tomará cuantas medidas juzgue conveniente al bien general de la patria y al particular de los pueblos y del ejército, que deben prometérselo todo de la actividad, celo, pureza y demás virtudes que le distinguen y adornan.”.


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