7 de marzo de 1842. Primera edición de “El Filántropo”,
órgano periodístico del movimiento político liberal acaudillado en Guayana por Juan Bautista Dalla-Costa, un
veronés radicado en angostura desde los tiempos de la colonia, pero que después
se hizo tertuliano del Libertador sumado a la causa patriótica de la
Independencia.
Aunque
su gran radio de influencia era Angostura y el resto de la provincia, El
Filántropo se editaba en el pueblo de Soledad, al otro lado del Orinoco, en
la segunda imprenta llegada a la ciudad capital después
de la Washington Press donde se imprimió el “Correo del Orinoco”.
Era un semanario eminentemente político al servicio de
los liberales agrupados en la denominada “Sociedad Filantrópica” radicalmente
opuesta al gobierno del general y prócer de la independencia, Tomás de Heres.
Lo editaba el tipógrafo veneciano Pedro José Cristiano Vicentini y en él
escribían los fogosos intelectuales del liberalismo criollo partidarios de la
federación y contrarios al régimen unitario y centralista.
Estuvo
“El Filántropo” circulando durante poco más de un año y en ese lapso
aparecieron veintinueve números cuyas páginas son un claro testimonio de lo que
fueron los primeros partidos de Guayana: los Filántropos o Liberales y “Los
Antropófagos” o Conservadores.
El
que se imprimiese este semanario político en el ribereño y vecino pueblo de
Soledad, ocurrió por temor a las represalias del Gobierno. De allí que a
propósito, haya señalado en su editorial que “... se determinó pasar la
imprenta a Soledad, porque una prensa en Angostura hubiera sido lo mismo que encender el hachón
en la caverna del Guácharo”. Lo cierto es que El Filántropo fue constante y
severo a sus ataques y alimentó un odio visceral que tuvo su máxima expresión
en el atentado que costó la vida al prócer de la Independencia. El polémico
periodista Juan Vicente Gonzáles calificó entonces al famoso semanario de
Angostura como “monumento histórico de audacia y perversidad”.
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