17 de febrero de 1819. El Congreso de Angostura, una vez instalado,
acordó designar un Presidente de la República con carácter de interino hasta
que se sancionase una nueva Constitución.
La decisión favoreció al Libertador Simón Bolívar no obstante haber
entregado el bastón de mando a la representación soberna del pueblo como bien
se estila en el sistema de gobierno republicano, pero el Capitán General Simón
Bolívar, no aceptó ser confirmado en el cargo: “…jamás, jamás volveré a aceptar
una autoridad a la que por siempre he renunciado de todo corazón, por
principios y por sentimientos”.
En
seguida trató el Congreso de pensar mejor la cuestión de nombrar un Presidente
interino de la República, pero ocurriendo
muchas dificultades para la elección, se acordó que el General Bolívar
ejerciera este Poder por 24 o lo más 48 horas, y se mandó una Diputación a comunicarle esta
resolución. El General contestó que “sólo
por consideración a la urgencia admitía
el encargo, bajo la precisa condición de
que sólo fuera por el término prefijado.
Al
siguiente día, después de largas discusiones, se reconoció unánimemente la
absoluta necesidad de que en las actuales circunstancias continuase
interinamente el General Bolívar en la Presidencia del Estado, y una Diputación
fue encargada de comunicarle esta determinación, manifestándole las poderosas
razones en que se fundaba. No obstante,
insistió en la negativa, y ofreció exponer por escrito, como en efecto ocurrió,
las razones de su resistencia, pero he aquí que el Congreso respondió así:
“Excmo.
Señor: no habiendo el Soberano Congreso Nacional, accedido a las repetidas
renuncias de la presidencia interina del estado que se confirió a Vuestra
Excelencia en la sesión ordinaria de ayer, y confirmado este nombramiento, y el
de Vicepresidente del mismo en la persona del señor diputado Francisco Antonio
Zea, por la de hoy hasta que estos destinos sean constitucionalmente elegidos;
y a consecuencia de la comunicación que a V. E se hizo de esta deliberación,
prestado ya el juramento debido: ha acordado el Soberano Congreso se publiquen
sus nombramientos: se haga una salva de artillería por ellos y se mande iluminar generalmente esta capital
por la noche de este día, y que al intento VE comunique sus respectivamente
órdenes a la Comandancia General.”
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