22 de agosto de 1902. Los días 20, 21 y 22 de agosto los vapores de guerra Restaurador y Bolívar, dirigidos por el coronel Román Delgado Chalbaud, bajo el mando expedicionario del general José Antonio Velutini, bombardearon Ciudad Bolívar con 1.300 proyectiles explosivos. El Capitolio sufrió serios daños al igual que la Catedral, el Colegio Federal, los Hospitales Ruiz y Mercedes, el Acueducto, el Monumento de Dalla Costa, el Palacio Episcopal y la Cárcel, entre otros inmuebles.
Este bombardeo, preludio de la Batalla de Ciudad Bolívar que se daría en julio de 1903, obligó al gobierno a someter bajo jurisdicción del Hospital Militar dirigido por el Dr. Acosta Delgado, todos los establecimientos hospitalarios, divididos en los siguientes siete servicios: Servicio Ruiz, a cargo del Dr. Emazábel; Servicio Plassard, a cargo del Dr. Carranza; Servicio Moreno, a cargo del Dr. Ochoa; Servicio Aguerrevere, a cargo del Dr. Bello; Servicio Farreras, a cargo del Dr. C. García; Servicio Barrio Gómez, a cargo del Dr. Agosto Méndez y Servicio Lebrún, a cargo del Dr. Acosta Delgado.
Ramón Cecilio Farreras era Jefe Civil y Militar del Estado Bolívar luego que el 23 de mayo de 1902 se sublevó con gran parte de la guarnición (137 soldados con sus oficiales) y depuso al comandante y al Gobernador. Farreras se puso entonces a disposición del general Manuel Matos, jefe supremo de la Revolución Libertadora, quien encomendó al General Nicolás Rolando resolver la situación militar de Ciudad Bolívar frente a las fuerzas asediantes de Castro.
La batalla de Ciudad Bolívar dada en julio de 1903, fue la culminación de ese feroz bombardeo de tres días que arruinó la tranquilidad y seguridad de los bolivarenses por un tiempo largo.
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