sábado, 22 de diciembre de 2012

Francisco Antonio Zea


26 de junio de 1880.  En esta fecha, víspera del aniversario del Correo del Orinoco, semanario del cual fue redactor, el Presidente de Venezuela, Antonio Guzmán Blanco, decretó una pensión para la hija del Dr. Francisco Antonio Zea y reconoció  a su favor la suma de 57 mil bolívares como parte que le correspondía  de  los  200  mil  bolívares acordados como recompensa extraordinaria al Vice – Presidente de Colombia, por el Congreso  de Angostura el 19 de enero de 1820, fecha en la que clausuró sus sesiones.
            Francisco Antonio Zea, además de Presidente del Congreso de Angostura y Vicepresidente de Colombia, fue el primer redactor del Correo del Orinoco.  Se ausentó de Angostura después de clausuradas las sesiones del Congreso para cumplir en Inglaterra una misión encomendada por la República.  Durante esa misión diplomática, en 1822, murió no sin antes haber pasado por los sinsabores propios de una época en la que la lucha de los patriotas venezolanos dependía en parte de los préstamos y ayuda de los ingleses.
            Zea, quien también era botánico, había nacido en Medellín en 1770.  Quince años más tarde terminó sus estudios de Filosofía y Teología y poco después se incorporó al Jardín Botánico de Bogotá, donde terminó su carrera.

A la edad de diecinueve años Zea sentía arder dentro de sí el sentimiento de libertad que estallaba en otros hombres de su patria como Nariño.  Animado por ese fuego firma la declaración de Los Derechos del Hombre  y es desterrado a la península.  Allí transcurren 20 años y llega a ser Director del Jardín Botánico de Madrid y profesor de Ciencias Naturales, la que abandonó para integrar la Junta de Bayona, conservadora de los Derechos de Fernando VII y luego la prefectura de Málaga; mas, siempre pensaba en América, colonizada y aherrojada y a ella volvió con la Expedición de los Cayos para ocupar los más prominentes y honrosos cargos de la Tercera República

1 comentario:

  1. Si mi memoria no me falla, cerca del sitio llamado la Laja, quedaba un grupo escolar con ese nombre. Me encantan sus escritos Sr. Fernández, hace muchos años que me fui de Cd. Bolívar, primero a San Félix y después me vine a Valencia, pero siempre tengo a mi bella ciudad natal en la memoria; estudié en el grupo escolar Edo. Mérida de 2do a 5to grado, recuerdo los nombres de algunas de mis maestras: Isolina Salazar, la maestra Pietrantoni, no recuerdo su nombre y de los directores a la maestra Teodorita Méndez de Montes, quien fué martir de la dictadura. Seguiré leyendo sus blog para mantener el recuerdo de mi Ciudad Bolívar

    ResponderEliminar