26 de junio de 1880. En esta fecha, víspera del aniversario
del Correo del Orinoco, semanario del cual fue redactor, el Presidente de
Venezuela, Antonio Guzmán Blanco, decretó una pensión para la hija del Dr.
Francisco Antonio Zea y reconoció a su
favor la suma de 57 mil bolívares como parte que le correspondía de
los 200 mil
bolívares acordados como recompensa extraordinaria al Vice – Presidente
de Colombia, por el Congreso de
Angostura el 19 de enero de 1820, fecha en la que clausuró sus sesiones.
Francisco
Antonio Zea, además de Presidente del Congreso de Angostura y Vicepresidente de
Colombia, fue el primer redactor del Correo del Orinoco. Se ausentó de Angostura después de
clausuradas las sesiones del Congreso para cumplir en Inglaterra una misión
encomendada por la República. Durante
esa misión diplomática, en 1822, murió no sin antes haber pasado por los
sinsabores propios de una época en la que la lucha de los patriotas venezolanos
dependía en parte de los préstamos y ayuda de los ingleses.
Zea,
quien también era botánico, había nacido en Medellín en 1770. Quince años más tarde terminó sus estudios de
Filosofía y Teología y poco después se incorporó al Jardín Botánico de Bogotá,
donde terminó su carrera.
A la edad de diecinueve años Zea sentía arder
dentro de sí el sentimiento de libertad que estallaba en otros hombres de su
patria como Nariño. Animado por ese
fuego firma la declaración de Los Derechos del Hombre y es desterrado a la península. Allí transcurren 20 años y llega a ser
Director del Jardín Botánico de Madrid y profesor de Ciencias Naturales, la que
abandonó para integrar la Junta de Bayona, conservadora de los Derechos de
Fernando VII y luego la prefectura de Málaga; mas, siempre pensaba en América,
colonizada y aherrojada y a ella volvió con la Expedición de los Cayos para
ocupar los más prominentes y honrosos cargos de la Tercera República
Si mi memoria no me falla, cerca del sitio llamado la Laja, quedaba un grupo escolar con ese nombre. Me encantan sus escritos Sr. Fernández, hace muchos años que me fui de Cd. Bolívar, primero a San Félix y después me vine a Valencia, pero siempre tengo a mi bella ciudad natal en la memoria; estudié en el grupo escolar Edo. Mérida de 2do a 5to grado, recuerdo los nombres de algunas de mis maestras: Isolina Salazar, la maestra Pietrantoni, no recuerdo su nombre y de los directores a la maestra Teodorita Méndez de Montes, quien fué martir de la dictadura. Seguiré leyendo sus blog para mantener el recuerdo de mi Ciudad Bolívar
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