3 de julio de 1978. Los cancilleres de Venezuela, Brasil, Perú,
Ecuador, Bolivia, Guyana, y Surinam, suscribieron el tratado Amazónico, un
instrumento de cooperación entre los estados que bordean la cuenca del
Amazonas, para intercambiar informaciones sobre las características especiales
de la región y a la vez conjugar esfuerzos que permitan promover el desarrollo
armónico del área.
Obligó
a ello el hecho de que la zona del Amazonas es una de las que tiene un equilibrio ecológico más
frágil con característica de selva tropical y condiciones muy especiales del
suelo, que imponen a los países en su contorno a superar políticas aisladas e
individuales a la hora de decidir la
forma de explotar los recursos.
Otro
factor ventajoso que influenció o determinó la firma del tratado es que el
Amazonas es un medio de comunicación importante para los países que bordean la
cuenca porque les da un acceso natural al Atlántico.
El
tratado coadyuvaría a superar los obstáculos físicos que pueden impedir la
navegación de una manera adecuada y continua.
La
negociación del tratado Amazónico duró siete meses y se firmó en la moderna
ciudad de Brasilia en medio de la mayor expectativa latinoamericana. Un tratado similar es el Amazónico y el de la
Cuenca del Río de la Plata que abarca una zona muy distinta al de
Amazonas. En ese tratado participan
Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay.
El
Amazonas es una realidad única en el mundo.
Encierra una extensión de siete (7) millones de kilómetros cuadrados,
escasamente poblada y con una enorme potencialidad de recursos naturales de
todo tipo.
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