7 de Noviembre de1959. Se registró la muerte del Bachiller Ernesto Sifontes, observador hidrográfico del río padre, meteorólogo, hidrólogo y pedagogo., fue el primero en realizar y registrar observaciones diarias y minuciosas que permiten hacer predicciones sobre las grandes crecidas del Río Orinoco.
Nacido en Ciudad Bolívar el 21 de Abril de 1881, era un hombre de estatura baja, asequible, amable, sencillo, ambientalista, consustanciado con la naturaleza y el río. Por sus venas corría sangre india, alemana y portuguesa y su vocación científica creyó siempre que venia de la afición que tenía su abuelo berlinés por las novedades de la astronomía.
Estudió en el Colegio Federal de Varones, donde se graduó de bachiller en filosofía a los 20 años, edad cuando comenzó a publicar en “El Anunciador” sus observaciones meteorológicas. Los bolivarenses empiezan a ver con interés al Bachiller Sifontes a raíz de la aparición del Cometa Halley en 1910, cuando el astrónomo Flanmarión, entre otras cosas, decía que la humanidad podría morir de alegría por la influencia magnética de la electricidad de que estaba cargada la cauda del cometa.
Desde la azotea de la Casa del Congreso de Angostura, entonces sede del Colegio Nacional, observaba a través de un telescopio al cometa y mantenía informados a los bolivarenses de sus movimientos y aproximación a la tierra. Fue un nato investigador de la meteorología en general y llevó su investigación hasta hechos históricos, costumbres y tradiciones de bolivarenses, mereciendo su reconocimiento como Cronista de la Ciudad y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia. En calidad de fundador dirigió hasta 1940 la Estación Meteorológicas de Ciudad Bolívar y fue asumido como Hidrólogo de las Fuerzas Navales y Miembro de la Sociedad Interamericana de Antropología y Geografía, de la Sociedad Meteorológica de Francia, de la Sociedad Geográfica de París, de la Sociedad Astronómica de Bélgica y de la Sociedad Meteorológica de Boston.
Cuando el bachiller Ernesto Sifontes murió, a la edad de los 78 años, Venezuela recién salía de la dictadura con un gobierno directamente electo por el pueblo. Los escasos periódicos que entonces habían sobrevivido se veían atiborrados de información política y de amenazas golpistas; por eso, tal vez, hubo poco espacio para resaltar la obra de quien acababa de morir. Una obra que se encuentra diseminada en publicaciones y revistas, fundamentalmente en sus periódicas monografías sobre climatología, meteorología, hidrología e hidrografía. Un año antes de su fallecimiento había publicado: “Del Orinoco al Ávila”, “El Playón de la Cocuyera” y “Manchas del Orinoco”. Las tres en una editorial de Barcelona, España.
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