20 de septiembre de 1822.
Falleció en la ciudad de Angostura, Domingo Remigio Pérez Hurtado, a la edad de 58 años. Seis meses después
de la desaparición del Correo del Orinoco.
Para
sucederlo, el Gobernador del Arzobispado de Caracas, Dr. Manuel Vicente Maya,
designó al Pbro. Maestro Martín de Coba, quien residía en Cumaná, desde donde
gobernó hasta marzo de 1830 que Monseñor Mariano de Talavera y Garcés, Obispo
de Trícala, tomó posesión de la Diócesis de Guayana en calidad de Administrador
Apostólico.
Merece destacarse la labor de este insigne presbítero,
doctor en Derecho Canónico y Abogado de la Real Audiencia, nacido en El Tocuyo,
Estado Lara, el primero de octubre de 1764.
Pérez Hurtado comienza a figurar en la Diócesis de
Guayana a fines de 1799, cuando el canónigo José Antonio García Mohedano es
designado Obispo titular y lo nombra su Provisor mientras recibía las bulas,
necesarias para su consagración. De manera que el cargo de Provisor lo ejerce
hasta 1801 que es cuando Monseñor García Mohedano toma posesión, pero continúa
como Vicario General hasta la muerte del Obispo ocurrida el 17 de octubre de
1804. Entonces vuelve a ser Provisor durante la vacante producida por la muerte
del anciano prelado.
En 1809 el canónigo José Ventura Cabello es preconizado
Obispo de la Diócesis y el Dr. Pérez Hurtado pasa a ser su asesor y abogado
consultor hasta 1817 que la provincia de Guayana cae definitivamente en manos
de los republicanos.
Después de la muerte del obispo José Ventura Cabello
ocurrida en circunstancias dramáticas el 21 de agosto de 1817, en la Isla
Guacamaya, los canónigos Felipe de Ávila y Pérez Hurtado, quienes acompañaban
al prelado, son rescatados por los patriotas y devueltos al seno de la Iglesia
en Angostura, donde el Libertador los insta a reunirse y ponerse de acuerdo en
torno a una máxima autoridad eclesiástica para que la Diócesis no permanezca
acéfala. Entonces es designado Provisor Vicario Capitular y Gobernador de la
Diócesis, responsabilidad que ejerció al lado de la República hasta el día de
su muerte. Domingo Remigio Pérez Hurtado fue el Confesor de Piar antes de ser ejecutado (AF)
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