22 de septiembre de 1762. El Rey de Castilla, Carlos III, nombró a José
de Iturriaga, que había sido primer jefe de la Expedición de Límites
1753-1761, como Comandante General de
las poblaciones del alto y bajo Orinoco.
Esta
disposición real, evidentemente, entraba en contradicción con el Real Título
del 4 de junio del mismo año, dictado por el Rey y por el cual se erigía en
comandancia toda la población de Santo Tomás de la Guayana en la angostura del
Orinoco, a cargo del Teniente coronel, ex Gobernador de Margarita, Joaquín
Moreno de Mendoza, con inmediata subordinación al Virreinato de Santa Fe.
No
suficientemente explicada o aclarada esta contradicción, constituyó punto de
colisión y conflicto entre los dos Comandantes que comenzó cuando al siguiente
día de inaugurado y bendecido el Fuerte San Gabriel, primera edificación de la
flamante ciudad, vecinos y soldados se reunieron para protestar la orden real
de quedar subordinados al Comandante José Iturriaga, entonces despachando desde
Ciudad Real, a quien consideraba de mal carácter, despótico y tirano.
De todos modos
tuvieron que calárselo porque tanto el Rey como el Virreinato de Santa Fe
consideraban que “…para la mejor
inteligencia de todos, que la autoridad que su Majestad confiere a dicho señor
jefe de escuadra (José de Iturriaga), en nada perjudica los peculiares encargos
y comisiones de su señoría (Moreno de Mendoza), con la autoridad, gubernativa,
y ordinaria que unas y otras le corresponden privativamente”
Lo cierto es
que el fundador de la nueva ciudad no pudo aguantarse más de dos años en la
Comandancia debido a denuncias, intrigas y conflictos que lo obligaron a una
renuncia que para fortuna de la provincia favoreció al Gobernador Manuel
Cenutrión Guerrero de Torres, quien, a raíz de la muerte repentina en José de
Iturriaga, logró para Guayana la unidad
de una sola comandancia que a la larga le permitió consolidar sobre
fases firmes a la capital Santo Tomás o Tomé de la angostura del Orinoco.
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