domingo, 16 de septiembre de 2012

Fundación de El Palmar

29 de septiembre de 1746. Bajo el patronato de San Miguel Arcángel fue fundado El Palmar gracias al esfuerzo misionero capaz de consolidar una población de indios y blancos dedicados a la agricultura y la cría.
            Frailes  de la orden capuchina de Cataluña, fueron los fundadores de San Miguel de El Palmar. Su fundación, según consta en un informe ordenado por el gobernador de la Provincia de Guayana, don José Felipe Inciarte, comenzó sobre una loma de sabana de tierra colorada, franca arenosa, toda minada de plagas y de bachacos, a 39 leguas de Santo Tomás de Guayana y 13 de la villa de Upata.
            Para 1799 cuando fue levantado el informe sobre todas las Misiones de Guayana, era Presidente del pueblo Palmareño, el Padre Fray Sebastián de Igualada. Contaba El Palmar con 714 habitantes distribuidos así: 172 indios casados, 172 indias casadas, 1 viudo, 40 viudas, 42 solteros, 35 solteras, 104 párvulos y 148 párvulas.
            Dice el expediente formado sobre la  Real Cédula que las sabanas de El Palmar eran para entonces de poca utilidad debido a los espineros, crobales chiribitales y cuevas de tigre, “de los que hay muchos como se reparan en los muchos rastros y por los grandísimos daños que hacen, que es un horror, y también de ser toda ella arena totalmente y un puro continuado bachaquero, que a riesgo de la vida se corre por ella (...) Todas son tierras quebradas de altos y bajos, cerrajones y farallones más propia para crear cabras que no ganado vacuno; con todo a veces se saca ganado del sobrante para la Villa de Upata”.
            Decíamos  que para 1799 cuando el Gobernador Felipe Inciarte ordenó el primer censo de las misiones, San Miguel de El Palmar tenía 714 habitantes. Ahora bien, esta población sólo pudo incrementarse a 4.799 habitantes en 1936 y a 6.876 en 1971.
            De acuerdo con las estadísticas de CVG, en el área urbana de El Palmar viven 4.795 personas y un poco más de la mitad en el medio rural, indicativo de que es un pueblo básicamente agrario, que vive, como en efecto, de la agricultura y la cría. Pero más de la cría. Aquellas antiguas sabanas que los misioneros encontraron llenas de crobales, chiribitales y cuevas de fieras, fueron con el tiempo saneadas y en ellas pastan holgadamente unas 20 mil cabezas de ganado.
           

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