miércoles, 31 de julio de 2013

JEAN ARISTEGUIETA








 31 de julio de 1925. Nació en Guasipati, Estado Bolívar, la poeta y ensayista Jean Aristeguieta, hija d Simón Aristeguieta y Panchita Capella.  Estudió  junto con su hermano, el botánico Leandro Aristeguieta, en su pueblo natal y luego en Ciudad Bolívar junto con los fundadores e integrantes del grupo literario surrealista “Aureoguayanos”  que tuvo como centro de reuniones la Plaza Bolívar, a donde de vez en cuando se asomaba el joven Jesús Soto, quien llegaría a ser pionero del arte óptimo universal.
Jean publicó sus primeros poemas en la revista “Alondras” del Ateneo de Guayana, fundada por la maestra y poeta Anita Ramírez y ya radicada en Caracas despunta con más soltura en las página de Lírica Hispana  y diario “El Heraldo” que luego incorpora en sus primeros libros (1949) Abril y ciclo marino y Alas en el viento.
En Madrid (1967) donde estudió estilística y literatura antigua y moderna, fundó  “Árbol de fuego”revista de poesía y crítica literaria cuyas ediciones continuarán en Caracas a partir del número 4.
Jean Aristeguieta ha trascendido con más de 40 obras, varias de ellas acogidas y traducidas al griego, francés, hebreo, inglés, italiano, ruso y portugués.  Su poesía, fuera de sus libros,  aparece comentada en numerosas publicaciones nacionales y extranjeras. En 1979, Ediciones Ronda de Barcelona (España), publicó una Antología de su poesía (Ebriedad del delirio”) preparada por ella misma pensando que “debe ser el poeta quien a lo largo de todos los ciclos asuma la responsabilidad de realizar la escogencia de su labor”.
En el prólogo de esta Antología, José Jurado Morales, exalta la personalidad viajera, tímida y hermética de Jean Aristeguieta, cuyo “ámbito poético es de tanta extensión y de tanta profundidad que al contemplarlo uno queda atónito”.(AF)




martes, 30 de julio de 2013

MONSEÑOR MARIANO GUTIÉRREZ VICARIO DE LAS MISIONES DEL CARONÍ


30 de julio  de 1968. Monseñor Mariano Gutiérrez Salazar fue consagrado Vicario Apostólico de las Misiones del Caroní en la Catedral de Ciudad Bolívar por el Nuncio Apostólico Monseñor Félix Pirozzi tras haber sido preconizado el Papa Pablo VI.  Su nombre original era el de Padre Bienvenido de Villa Lacayo.
Monseñor Mariano Gutiérrez Salazar, nacido en Villa Cidayo, España, se recibió de sacerdote capuchino en 1939 y al año siguiente viajó a Guayana para dirigir el Seminario de Upata destinado a la formación de sacerdotes indígenas, reubicado luego en Kavanayén donde hubo que cerrarlo finalmente.  En 1953 entró a formar parte de la comunidad religiosa de Kavanayén y en 1968 designado por el Papa Paulo VI Vicario Apostólico del Caroní para llenar la vacante de Monseñor Constantino Gómez Villa.    .          
Monseñor Gómez Villa, ya como Superior Regular y luego Vicario fue protagonista de la fundación de todos los centros misionales de la Gran Sabana.  Junto con Monseñor Nistal consolidó la restauración de la Misión del Caroní, donde permaneció hasta mayo de 1968 cuando decidió retirarse después de 54 años de actividad misionera.  Falleció de leucemia el 24 de marzo de 1981 a la edad de 90 años y sepultado en el altar mayor de la Iglesia Corazón de Jesús de Ciudad Bolívar.


En Guayana se le asignó a los capuchinos un territorio que iba desde la Gran Sabana hasta el Delta pasando por las parroquias de Upata, El Palmar, Guasipati, Tumeremo, El Callao y San Félix, pero el 30 de julio de 1954 fue creado el Vicariato Apostólico de Tucupita, por lo que las Misiones del Caroní, quedaron reducidas a 88.000 kilómetros cuadrados  de la hoya  hidrográfica Caroní-Paragua, con una  población de 20 mil habitantes aproximadamente, distribuida en grupos de la familia pemón (arekuna, kamaracoto, taurepan) y caribes, todos emparentados. (AF)

Las goletas Tigre y Libertad



29 de julio de 1818.  El Libertador Simón Bolívar responde al Agente de los Estados Unidos de América del Norte, Juan Bautista Irvine sus reclamos por la captura  de las goletas Tigre y Libertad parte de  unidades de la Escuadra sutil del Orinoco,
Las goletas, pertenecientes a los norteamericanos Tucker y Coulter,  fueron capturadas cuando burlando el bloqueo impuesto por los patriotas, trataron de introducir armas contratadas por el Gobernador hispano de la Provincia de Guayana Lorenzo Fitz Gerald.
El Agente diplomático pedía indemnización por el daño que recibieron los ciudadanos de los Estados Unidos, pero el Libertador respondió que los citados ciudadanos “recibirán las indemnizaciones, siempre que Vuestra Señoría no quede plenamente convencido de la justicia con que hemos apresado los dos buques en cuestión”
Aducía el Liberador que los ciudadanos americanos, “olvidando lo que se debe a la fraternidad, a la amistad y a los principios liberales que seguimos, han intentado y ejecutado burlar el bloqueo y el sitio de las plazas de Guayana y Angostura, para dar armas a unos verdugos y para alimentar a unos tigres, que por tres siglos han derramado la mayor parte de la sangre  americana ¡la sangre de sus propios hermanos!”.
Las dos goletas en cuestión fueron capturadas en fechas distintas.  La goleta mercante La Tigre había salido del Orinoco a cumplir una contrata celebrada entre el gobernador español coronel Fitzgerald y Mr. Lamson, en que se obligaba éste a retornar en armas y municiones el cargamento de tabaco que le dio aquél.  En efecto, el 17 de marzo de 1817 salió de Salem con el cargamento que había ofrecido y entró en el puerto del Orinoco el mes de abril.  Saliendo después del Orinoco por el mes de julio fue apresada el día 4 con un cargamento que era en parte el producto de negociaciones anteriores y en parte del último cargamento que introdujo.
La goleta Libertad, por su parte, había salido de Martinica en el mes de junio con municiones de boca para la plaza y estando ya dentro del río se encontró con los buques patriotas que lo bloqueaban y no obstante que la devolvieron, volvió furtivamente a remontar el Orinoco cuando fue apresada por la escuadrilla del margariteño Antonio Díaz.

lunes, 29 de julio de 2013

Intentos por restaurar las Misiones



28 de julio de 1826.  Después de la degollina de los frailes hubo reiterados intentos por restablecer las Misiones del Caroní,  tanto durante el gobierno de la Gran Colombia como en el de la Venezuela separada.
La Ley del 28 de julio de 1826, sobre Patronato Eclesiástico, considera la necesidad de restablecerla, pero la falta de recursos y debido a que la Iglesia tenía otras prioridades, la hicieron imposible, no obstante la perentoria necesidad de proteger al indio contra el mal trato, la explotación y el abuso que lo impelía a tener que retirarse a los bosques o huir a países vecinos.
Ante tal situación, el Libertador dictó un Decreto el 11 de julio de 1828 dando mayores facilidades, entre ellas, mejores beneficios para los sacerdotes misioneros, obligación de los novicios a prestar cinco años de servicio a las misiones, reapertura  de los conventos menores y supresión de las disposiciones que exigían 25 años de edad mínima para ser postulados como misioneros.
Este decreto del Libertador no surtió efecto en Venezuela debido a los consabidos conflictos internos y no fue sino después de la separación de Venezuela y durante la segunda presidencia de Páez que se volvió a considerar el asunto.  En 1841, el Presidente José Antonio Páez ordenó el restablecimiento de las Misiones, se contrataron misioneros en España, Francia, Italia, de los cuales, 11 fueron destinados a Caroní, pero no aguantaron mucho tiempo porque en los lugares asignados no existían las condiciones de trabajo indispensables y, por otra parte, eran hostilizados por quienes utilizaban y explotaban a los indígenas.
El último ensayo del siglo diecinueve se registró en 1890, año del Laudo Arbitral por el cual Venezuela perdió el territorio Esequibo.  Entonces se contrataron 50 misioneros para la zona del Yuruari, Delta del Orinoco y Estado Bolívar, pero igualmente fue un fracaso.
Al iniciarse el Siglo XX, ante la alarma nacional que produjo la llegada a la Gran Sabana de grupos misioneros de países vecinos, sin autorización del Estado, y apoyado en las lecciones de los frustrados ensayos anteriores, el Ejecutivo nacional tomó nuevas mediadas para asegurar definitivamente la revitalización del sistema misional en Venezuela.(AF)

domingo, 28 de julio de 2013

Angostura rendida por el hambre



27 de julio de 1817.  Luego de cuatro meses de sitio y estragados por el hambre que los llevó a consumir los mulos, los burros y el ganado caballar, los angostureños se repartieron finalmente unas raciones de cacao y azúcar primero, y de cacao sólo después  más dos dedos de ron. No quedó en la plaza ni gato ni rata que no  comieran.  Ya extenuados y enfermos, sin fuerza para resistir, el Brigadier La Torre abandonó para siempre el 27 de julio de 1817, la ciudad de Angostura, llevándose en varias goletas, bergantines y cañoneras, la escasa guarnición, las familias, el parque de guerra y los archivos. Inmediatamente después entraron los ejércitos patriotas.
            La provincia de Guayana quedó totalmente liberada el 3 de agosto de 1817, cuando las Fortalezas San Francisco y el Padrastro fueron abandonadas por las fuerzas del Brigadier La Torre tras el sitio riguroso impuesto por los patriotas.
            La Torre embarcado en la corbeta Mercedes se refugió en Granada, mientras otros lo hicieron en Cumaná, La Guaira y Trinidad. De cuarenta buques grandes y pequeños, solo pudieron escapar cinco. Todos los demás cayeron en poder de los patriotas con más de mil prisioneros a su bordo, españoles y criollos de la provincia. El Obispo José Bentura y Cabello que viajaba con otros sacerdotes en una de esas embarcaciones no pudo resistir la navegación y falleció cerca de la isla Papagayo donde fue sepultado. 
            Antes de que esto ocurriese, el Libertador complació al General Piar expidiendo Pasaporte para trasladarse a cualquier lugar del territorio de la República o del extranjero (30 de junio) y así mismo estuvo a punto de perder la vida en Casacoima sorprendido por un comando realista mandado desde las Fortalezas. (AF)

sábado, 27 de julio de 2013

La Torre abandona Angostura



27 de julio de 1817.  Luego de cuatro meses de sitio y estragados por el hambre que los llevó a consumir los mulos, los burros y el ganado caballar, los angostureños se repartieron finalmente unas raciones de cacao y azúcar primero, y de cacao sólo después  más dos dedos de ron. No quedó en la plaza ni gato ni rata que no  comieran.  Ya extenuados y enfermos, sin fuerza para resistir, el Brigadier La Torre abandonó para siempre el 27 de julio de 1817, la ciudad de Angostura, llevándose en varias goletas, bergantines y cañoneras, la escasa guarnición, las familias, el parque de guerra y los archivos. Inmediatamente después entraron los ejércitos patriotas.
            La provincia de Guayana quedó totalmente liberada el 3 de agosto de 1817, cuando las Fortalezas San Francisco y el Padrastro fueron abandonadas por las fuerzas del Brigadier La Torre tras el sitio riguroso impuesto por los patriotas.
            La Torre embarcado en la corbeta Mercedes se refugió en Granada, mientras otros lo hicieron en Cumaná, La Guaira y Trinidad. De cuarenta buques grandes y pequeños, solo pudieron escapar cinco. Todos los demás cayeron en poder de los patriotas con más de mil prisioneros a su bordo, españoles y criollos de la provincia. El Obispo José Bentura y Cabello que viajaba con otros sacerdotes en una de esas embarcaciones no pudo resistir la navegación y falleció cerca de la isla Papagayo donde fue sepultado.


            Antes de que esto ocurriese, el Libertador complació al General Piar expidiéndole Pasaporte para trasladarse a cualquier lugar del territorio de la República o del extranjero (30 de junio) y así mismo estuvo a punto de perder la vida en Casacoima sorprendido por un comando realista mandado desde las Fortalezas.

viernes, 26 de julio de 2013

La gran crecida del Orinoco


26 de julio  de 1943.  El Orinoco comenzó a penetrar en la ciudad el 26 de julio y el ocho de agosto la situación era catastrófica, según esta nota del Bachiller Ernesto Sifontes: “La gran catástrofe llegó inesperadamente esta madrugada a las 3 horas, pues el río socavando el terreno por debajo de la pared de defensa que hay en la Quinta Valeri, determinó un volcán de agua incontenible que a las nueve de la mañana formaba un gran chorro de ocho metros de ancho que atravesaba la calle y caía sobre la Laguna. Ninguna defensa fue posible ante la imponente catarata que a la hora dicha había derrumbado varias casas que se encontraban en su camino. Es probable que dentro de 48 horas las aguas, entre la Laguna y el Río, se hayan nivelado y el desastre entonces será colosal, igual al registrado en 1892, en que las aguas llegaron por El Porvenir hasta la esquina de la casa de los Aristiguieta situada frente al Cine Mundial”.
            La crónica del 10 de agosto del Br. Sifontes agregaba que “el enorme chorro por la zona de los Valeri ha ido en aumento y ha derrumbado muchas casas. Otro chorro, el de La Glaciere que corre por la calle Piar es más impetuoso. En la esquina del Royal Bank se ha formado un puerto donde descargan las curiaras. Las aguas alcanzan el Mercado Público y el nivel de La Laguna continúa aumentando y esta mañana estaba sobre la acera del Culí Maray y en el paseo del Porvenir. Tal vez mañana invadan la Plaza del Abanico y terrenos de la Ciudad Perdida”.
           La del siguiente día explicaba que “en el Mercado las aguas no se han unido, el río pasó sobre los malecones y tapó todos los bancos del Paseo. Palazzi Hermanos lleva su clientela embarcada desde el Resguardo si previamente lo llaman por el teléfono 352. El Banco de Venezuela se mudó a la casa de Malvina Rosales. Las oficinas de obras públicas fueron mudadas frente a Afanador y al Compañía Venezolana de Navegación, frente a casa de de Fragachán. Los damnificados que habían sido alojados en los bajos del Hotel Bolívar fueron evacuados nuevamente. La bomba de la desecación y las bocas de las cloacas quedaron sepultadas por la inundación y el Resguardo sirve de atracadero a las curiaras. Las aguas de la Laguna llegan a la Bodega Titán y aceras de la Plaza Abanico. A algunos árboles de la Laguna sólo se les ve la copia. Las culebras y toda clase de roedores y sanguijuelas son aguardadas en las orillas por muchachos que los acusan y matan. La calle Venezuela amaneció inundada desde la Ciudad Perdida hasta el naciente, tres metros bajo el agua”.

jueves, 25 de julio de 2013

Extra del Correo del Orinoco


25 de julio  de 1821.  Un mes después de haber ocurrido, los angostureños se enteraron de la batalla de Carabobo a través de una edición extraordinaria del Correo del Orinoco, miércoles 25 de julio. Las noticias oficiales llegaron a las nueve de la noche del día 24 y a esa hora  le fue entregada al impresor W. Burrel Stewart para la edición que amaneció en la calle el día siguiente redactada en español, inglés y francés.  Aquella batalla era tan decisiva que merecía esa edición contentiva del Parte del Libertador al Congreso de Colombia, desde el Cuartel General de Valencia.  El formato, distinto de la Gazeta ordinaria, impresa por una sola cara, era de 51 X 24.5 cms y comenzaba con este escueto e impactante párrafo “Exmo. Sr. –Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el  nacimiento de la República de Colombia”.
La Batalla de Carabobo fue planificada inmediatamente después de la ruptura del Armisticio firmado por Bolívar con el General Pablo Morillo, quien había viajado a España confiado en las pautas del armisticio y los 15 mil realistas que mandaba quedaron bajo la jerarquía suprema del General Miguel de la Torre.  Era un ejército mejor equipado y superior al de los patriotas; pero Bolívar que veía desmoronarse la integridad territorial, no podía seguir sosteniendo el cumplimiento de un armisticio que conspiraba contra sus fines. Decidió entrar en campaña y a través del General J. F.  Bermúdez abrió operaciones sobre Caracas con el fin de reconcentrar las fuerzas patriotas en San Carlos y distraer una parte del ejército realista.
Convencido de la inferioridad de su ejército, pero convencido al mismo tiempo de su ardor patriótico amparado por la luminosidad de su genio, se apresuró abrir aquella nueva campaña más tarde victoriosa y decisiva en la lucha por la Independencia.
Bolívar disciplinó su ejército en tres divisiones comandadas, la primera                            por el General José Antonio Páez; la segunda por Manuel Cedeño y la tercera por Ambrosio Plaza., estos dos últimos muertos en plena batalla.
  Mientras emprendía su avance hacia Valencia, los realistas se establecían en el campo de Carabobo con todo el material de guerra indispensable para aceptar una batalla. Al despuntar la aurora del 24 de junio de 1821, se libró el gran combate que definió los contornos cabales de nuestra independencia. El ejército español derrotado fue a refugiarse en su estampida a la Fortaleza de Puerto Cabello. Allí lo alcanzaría Páez más tarde para la última estocada y hacerlo morder el polvo de la derrota definitiva.(AF)

miércoles, 24 de julio de 2013

EL NOMBRE DE CIUDAD BOLÍVAR

El 24 de julio de  1846  entró en vigencia la Ley sancionada por el Congreso de la República, según la cual, la Ciudad de Angostura, capital de la Provincia de Guayana pasaba a denominarse Ciudad Bolívar, en homenaje al Libertador que vivió en ella desde 1817 hasta 1819 en calidad de Jefe Supremo durante la guerra de Independencia.  De allí que la Ley haya entrado en vigencia en la fecha aniversaria de su natalicio
Pensar que cuando Simón Bolívar nació en Caracas el 24 de julio de 1783, la única ciudad venezolana que hoy ostenta su nombre apenas tenía 19 años y dos meses de haber sido fundada o, más exacto,  trasladada desde más abajo de las bocas del Caroní a la parte más angosta del Orinoco.
Bolívar estuvo por primera vez en Guayana el 4 de abril de 1817 y fue recibido por el general Manuel Piar en el desembarcadero de El Jobito. Bolívar desde entonces entraba y salía de acuerdo con las necesidades de la guerra.  Su despedida para no volver más a la tierra que le dio cobijo a sus ideas y acciones de guerrero ocurrió la noche del 24 de diciembre de 1819, justamente a la semana de haberse creado la República de Colombia. En su edición 46, el  Correo del Orinoco lo reseña así:
"Al anochecer de este día -  dice el Correo - se ha separado de nosotros el Presidente de Colombia, que parece que sólo se halla en su lugar cuando est  frente del enemigo.  En la corta estación que ha hecho aquí, ha estado casi exclusivamente ocupado de los negocios públicos; y todos los ramos de la administración han recibido con su presencia mayor vigor.  Sólo una vez se le vio desprenderse de tan importantes y penosos trabajos por complacer a los que a porfía  querían obsequiarlo, y esta excepción era debida a los extranjeros que habiendo identificado su suerte con la nuestra, deseaban manifestar al digno Presidente de Colombia su adhesión y reconocimiento y el precio en que lo estiman.  Prepara base el 25 la publicación de la Ley Fundamental que constituye a Colombia.  Él nos había dicho que esta Unión fue por mucho tiempo el objeto principal de sus votos, y se habría complacido en ser testigo de la Promulgación de la Ley; mas hay todavía enemigos dentro del territorio, y prefirió irlos a buscar.  Su entrada aquí se asemeja a la del Padre que vuelve después de larga ausencia al seno de su familia.  Su salida a la del hijo querido que se arranca de los brazos de los suyos para emprender una marcha larga, penosa y llena de peligros (AF)

martes, 23 de julio de 2013

El Poder Moral



23 de julio de 1819  El Poder Moral propuesto en el proyecto de Constitución por el Libertador fue diferido aduciendo el Congreso que “convenía consultar la opinión de los sabios de los países” y hacer algunos ensayos parciales que permitieran comprobar las ventajas o perjuicios de esta nueva institución para en su vista proceder a ponerla en ejecución o rechazarla”.
            La materia sobre el Poder Moral la discutió el Congreso de Angostura el 23 de julio y mientras algunos diputados la consideraron como “la idea más feliz y la más propia de influir en la perfección de las instituciones sociales”, otros la criticaron de “inquisición moral, no menos funesta ni menos horrible que la religiosa”. Todos en principio estuvieron de acuerdo en que era “de muy difícil establecimiento, y en los tiempos presentes absolutamente impracticable”.  Prevaleció después de largos debates el parecer de que la infancia de la política del momento y que tratándose de objeto tan interesante al Estado y aún a la humanidad, no se debía fiar de “nuestras teorías y raciocinios en pro ni en contra del proyecto”.  Que convenía consultar las opiniones de los sabios de todos los países por medio de la imprenta
Al final, acordaron diferirla, pero quedó como apéndice de la Constitución sancionada el 15 de agosto de ese año.
            El Poder Moral o Cuarta Potestad se concebía como una especie de Tribunal para velar efectivamente por la educación de los niños, la instrucción pública, y opinar de las penas y castigo dables contra los corruptos, en fin, velar por la salud moral de la República acusando a la ingratitud, al egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, y la negligencia de los ciudadanos.
           

lunes, 22 de julio de 2013

Holandeses queman la Capital de Guayana



22 de julio de 1639.   Holandeses incursionan por segunda vez  contra la Capital de la Provincia de Guayana, la cual saquean, atenta en la Iglesia contra la exposición del Santísimo Sacramento y finalmente incendian el poblado de Santo Tomás situado a la orilla del Usupamo, en el vértice del Delta del Orinoco.
Dada esta lamentable y dolorosa situación, Diego López de Escobar, quien despachaba en Trinidad desde 1636, decidió reubicarla en lugar más seguro. Exactamente en el lugar del hoy Puerto Ordaz-Matanzas.  Allí el Gobernador se restableció con los restos de Santo Tomás y para desagravio de la Iglesia, el párroco y feligreses rebautizaron la capital con el nombre de Santo Tomás del Santísimo Sacramento de Guayana, por sugerencia del Sargento mayor Diego Ruiz de Maldonado, quien había llegado en auxilio desde Santa Fe de Bogotá.
La ciudad capital quedó transferida entonces a la margen izquierda del Caroní donde el Gobernador le auguraba mejor destino.  Por esos lados, tierras antiguas del Cacique Morequito, Diego de Ordaz escuchó por primera vez la voz UayanosUayanos que marcó para siempre la provincia.
            Pero por muy poco tiempo enarboló Santo Tomás el cognomento de Santísimo Sacramento, pues vendría un nuevo Gobernador a cambiar todo lo hecho, incluida la condición de Capital que por más de cuarenta años había conservado la primera ciudad del Orinoco. Por aquellos días resultaba penoso y arriesgado vivir en Santo Tomás de Guayana. Había que tener una bien templada voluntad de acero para insistir apegado a aquella tierra no apta para los frutos del agro y sin embargo tan asediada a sangre y fuego por los enemigos de España. Los efectos de la llamada Guerra de los Treinta Años que conmovía a Europa de alguna forma trasponían el Atlántico y retumbaban muchas veces en el Orinoco. (AF)

domingo, 21 de julio de 2013

Expulsión de los Jesuitas del Orinoco



21 de julio de 1773.   El Papa Clemente XIV ordenó la disolución de los Jesuitas, orden religiosa fundada en Francia en 1534 por San Ignacio de Loyola.  Con rasgos de gran originalidad, la Compañía de Jesús se había extendido sin restricciones por el mundo, gracias a la comprensión de Pablo III, y así pudo establecerse en los llanos colombianos en 1664 de donde extendieron su acción al Orinoco.
            Todo iba muy bien hasta que el Rey Carlos II decretó su expulsión de todos sus dominios siguiendo la línea represiva de Portugal en 1759 y de Francia en 1762. La presión de estos países contra la Compañía de Jesús era tanta que el Papa Clemente XIV ordenó su disolución el 21 de Julio de 1773. Para la fecha, Santo Tomás de la Guayana había sido mudado a la Angostura del Orinoco y era gobernada por Manuel Centurión, a quien le tocó personalmente en julio de 1767 trasladarse hasta Carichana para poner en práctica la medida de expulsión.
Los misioneros jesuitas, una vez reunidos, fueron llevados hasta Angostura y de allí reembarcados hacia el puerto de La Guaira a donde llegaron el primero de agosto, fueron alojados en el Convento de los Franciscanos y en marzo del año siguiente emprendieron viaje de regreso a España.
            Entre el grupo de jesuitas expulsados de Guayana se hallaba el misionero Felipe Salvador Gillij, quien hizo importantes aportes sobre la Orinoquia del período hispánico y la legua indígena.  Fue él quien recogió la leyenda del dios Amalivaca creador del Orinoco según la cosmogonía tamanaca.
            El Padre Gillij, de origen italiano, publicó su obra sobre el Orinoco entre 1780 y 1784,  y en ella, a pesar de la expulsión de que fueron objeto los misioneros jesuitas del Alto Orinoco,  exalta la figura de Manuel Centurión.  “El es merecedor de alabanza inmortal”, expresó el misionero (AF)

sábado, 20 de julio de 2013

Educación obligatoria y gratuita

Juan Bautista Dalla Costa
20 de julio de 1867. El Presidente del Estado Soberano de Guayana, Juan Bautista Dalla Costa Soublette, decidió asumir  el ejecutivo Regional la educación primaria con el agregado de obligatoria y gratuita,  que hasta entonces cursaba  precariamente bajo el dominio de las municipalidades: “Abrigo el decidido propósito de que con las rentas del Estado, se establezcan en todos los distritos, escuelas primarias para la generalización de los rudimentos intelectuales, ya que los ingresos del Municipio no están en capacidad de costearlas”.
En base a ese proyecto decreta siete días después, es decir, el 27 de julio de 1867 dos Escuelas en el Distrito Borbón. Su decreto de instrucción, el primero de la provincia venezolana, resumido en la frase “Saber es poder”, tiene su antecedente  en el  Colegio Nacional de Guayana, convertido luego en Colegio Federal de primera categoría, es decir, universitaria, instalado el 24 de junio de 1840 en la casa donde se reunió el Congreso de Angostura.  Asimismo encuentra antecedente en la Escuela de obreros y artesanos fundada por el Licenciado Ramón Isidro Montes entre 1853 y 1854 y que  el 6 de diciembre de 1869 asumió el ejecutivo del Estado mediante decreto de la Asamblea Legislativa, presidida por Brígido Natera Guerra, el 6 de diciembre de 1869, disponiendo que “La Escuela establecida en esta ciudad para los artesanos, industriales y jornaleros, correrá a cargo de un Director y dos Subdirectores que reúnan las cualidades de profesores, los cuales serán nombrados por el Presidente del Estado”.


Tres años después, por decreto del 27 de junio de 1870, el Presidente de la República, Antonio Guzmán  Blanco, a dos meses de haber vuelto al poder, decrta la educación obligatoria y gratuita en toda Venezuela,  centraliza la actividad educacional, incluso cultural e intelectual, en el país.  De suerte que  a partir de 1870  será el Estado venezolano el que dará la pauta, orientación y estímulo al desarrollo de la educación, la ciencia y el arte, con las limitaciones que siempre implicó el hecho de las guerras civiles y los gobiernos militares y autoritarios, tan reiterados en Venezuela hasta muy avanzado el siglo veinte..

viernes, 19 de julio de 2013

La Batalla de Ciudad Bolívar




19 de julio de 1903.  Ciudad Bolívar, baluarte último de la Guerra Libertadora,  sitiada por las fueras militares del Gobierno de Cipriano Castro comandadas por el General Juan Vicente Gómez, estuvo a punto de capitular.  Por la no entrega de Ramón Cecilio Farreras fue imposible la capitulación. Monseñor Antonio María Durán en nombre de Dios suplicó una vez más al Gobierno para evitar el derramiento de sangre, pero Gómez respondió en estos términos: “Así como se cree que existe un Dios, habrá de creerse que yo tomo a Ciudad Bolívar”

            En la madrugada del 19 de julio de 1903 Ciudad Bolívar sintió el impacto demoledor y retumbante de la artillería gomecista. Los revolucionarios  reforzaron sus puestos en cada frente y rompieron el dique para que las aguas crecidas del Orinoco penetraran hasta la ciudad y la dejaran flotando como isla piramidal desde la cual dispararían durante tres días. El combate fue recio y sangriento en los frentes El Dique, Santa Lucía, Ojo de Agua, Mango Asao, Cerro La Esperanza, El Obelisco, San Isidro, Cerro El Zamuro, El Cementerio, El Convento, Santa Ana y Los Morichales. 3.500 soldados del Gobierno disparando sus fusiles desde tierra y devastadoras cargas de artillería bombardeando desde barcos maniobrados en el Orinoco fue minando calle por calle hasta enervar la resistencia de los 2 mil hombres comandados por el General Nicolás Rolando. El Cuartel de El Capitolio fue el último en rendirse. En el Hospital Ruiz y Mercedes ya no cabían los heridos y en fosas comunes arrojados soldados y civiles muertos que fueron tantos como en la Batalla de San Félix en abril de 1817. Entonces todo se vio perdido. La diana del silencio empujó lágrimas al río y se oyó esta voz firme y pausada: “Ciudadano Presidente de la República  Cipriano Castro. El 21 de diciembre de 1901 salí de la Capital a someter al General Luciano Mendoza, primer alzado contra las instituciones de la República. Hoy, después de cincuenta horas de sangrienta batalla, tengo el honor de poner a su disposición esta plaza, último baluartes de la rebelión. Lo felicito por el afianzamiento de la paz en Venezuela. Detalles irán después. General Juan Vicente Gómez”.(AF)



           

jueves, 18 de julio de 2013

Toma de Angostura por los patriotas



18 de julio de 1817.  Los sostenedores de Angostura al fin se rindieron al ejército patriota y el general José Francisco Bermúdez (en la foto) , comandante del sitio,  pasó a tomar posesión de la ciudad luego de haber sido abandonada por el Brigadier Miguel de La Torre, familias y los restos de su ejército.
            La Torre antes de rendirse se dirigió a los habitantes de la ciudad en estos términos:  “Señores:  en circunstancias como éstas, conviene oír el consejo de todos los leales defensores de Guayana.  Con hombres como vosotros, si tuviéramos que comer, sostendríamos esta ciudad por España durante diez años contra todo el poder de los rebeldes del Continente.  Pero contra un hambre de cuatro meses no hay héroes.  Señores:  Guayana ha hecho todo cuanto cabe dentro del poder humano por mantener en sus torres el pabellón español, a cuya sombra nació y fue feliz.  No hay posibilidad de prolongar más la lucha con hombres que caen muertos de extenuación al lado de nuestros cañones.  El problema  que hay que resolver ahora es abandonar la plaza sin caer en las garras del enemigo”.
            Durante la campaña de Guayana el ejército libertador no le fue posible tomar su capital Angostura a sangre y fuego como varias veces lo intentó.  La ciudad era prácticamente inexpugnable, la rendición fue posible mediante el sitio de cuatro meses.  Cerradas todas las vías de comunicación  fue imposible a sus habitantes abastecerse para subsistir y sostener la defensa.  Se rindieron por hambre.  En la ciudad no quedó burro, mulo, gato ni rata que los habitantes no se comieran.  Hasta el corcel del Brigadier hubo que sacrificar y los cueros que había en los almacenes fueron guisados como mondongos.  Los auxilios prometidos por Morillo para defender la ciudad nunca llegaron y del 16 al 17 se procedió a la retirada a bordo de las corbetas, bergantines y goletas fondeadas en el puerto.  Al día siguiente Guayana era libre y sería desde entonces libre para afincar la libertad del continente.

miércoles, 17 de julio de 2013

Pánico en Angostura


17 de julio de 1817.  Los angostureños resistiendo bajo la égida realista durante casi seis meses veían esperanzados que a través del Orinoco pudiese llegar de un momento a otro el apoyo militar suficientemente fuerte para enfrentar a los patriotas que estrechaban cada vez más el cerco de hambre que los llevó al final a comer carne de perro, de gato y cueros de res guisados.  Pero cuando ese día 17 por la mañana, el Comandante de la antigua Guayana dio parte al Comandante General de que se había reconocido ya muy dentro del Orinoco, la escuadra enemiga, compuesta de dos bergantines, cuatro goletas y cinco caladores grandes bien equipados y armadas, entraron en pánico, se vieron definitivamente perdidos.  
Esta noticia precipitó a activar las diligencias de embarco con el objeto de reunir las fuerzas en la antigua Guayana antes que los patriotas pudieran  combatirlos en detal.  El Brigadier Miguel de la Torre comunicó la orden para que antes de ponerse el sol todas las familias tuviesen a bordo, pero que ningún soldado al pie de la artillería se moviese de su punto.
Al amanecer del 18 concluyó el embarco de enfermos del hospital y particulares, y en seguida el Brigadier La Torre comunicó una orden a los comandantes de los puntos para que hiciesen tres divisiones de su tropa para marchar una por una en el momento que se haría cierta señal en el reducto de Fernando Séptimo.  La primera parte debía llevarse la mitad dejando tres tiros por cada cañón y llevándose también el repuesto de cartuchos de fusil, y la tercera debía clavar cañones, carga con los útiles de ellos y dirigirse a la reunión de todos que fue en la batería de La Alameda.  A las siete de la mañana ya no se veía persona alguna en la ciudad excepto los defensores, porque las pocas familias que se quedaron que no pasaban de doce, estaban bien escondidas y quietas en sus casas (AF)

martes, 16 de julio de 2013

El Callao cuna del fútbol

16 de julio de 1876. Ingleses trabajadores de las ricas minas auríferas de Caratal (El Callao) jugaron el primer partido de fútbol que se cree es el primero de Guayana y Venezuela como también fueron ingleses e irlandeses quienes introdujeron en Angostura las carreras de caballo (29 de abril de 1819) y no extraña que sean británicos porque ambos deportes tienen su partida de nacimiento fechada en esa nación anglosajona.
            La inmigración de ingleses y corsos atraída por la fiebre del oro de la segunda mitad del siglo diecinueve, dio pábulo al primer juego de fútbol en El Callao del que nunca se supo el resultado de la alineación, sólo que el maestro galés William Simpson, había sido el promotor.
            Este legado nacional ha sido refrendado con una resolución de la Federación Nacional de Fútbol entregada al Alcalde del Municipio El Callao, Coromoto Lugo,  por su directivo Laureano González en acto celebrado el 16 de julio de 2006, para celebrar los 130 años de la iniciación de este deporte en Venezuela.  Siendo así, el Fútbol, deporte que hoy acapara la atención de todos los aficionados del mundo, apareció primero en Venezuela que en Brasil, titulado campeón mundial en cuatro ocasiones.
            A Ciudad Bolívar, el Fútbol llegó en 1921 con el Angostura Football Club. Este Club que contaba con treinta miembros, estaba presidido por Paúl Acquatella, acompañado en la Vicepresidencia por J. Phelan. Presidente Honorario: general Vicencio Pérez Soto, quien para entonces era el Presidente del Estado Bolívar.
             El domingo 27 de noviembre de ese año1921, a las 4:30 de la tarde y en los terrenos del Hipódromo del Jockey Club se dio en la ciudad el primer juego de football, entre los equipos Rojos, capitaneado por J. Phelan y Azules, capitaneado por P. Acquatella. El juego se decidió a favor de los Azules 1-0.

lunes, 15 de julio de 2013

Juan Eduardo Enet


15 de julio de 1975.  Falleció en Ciudad Bolívar a la edad de 88 años  Juan Eduardo Enet, tipógrafo y periodista en El Luchador de los Suegart.  Hasta entonces había sido el único sobreviviente de siete hijos que tuvieron Luis Genaro Enet, caraqueño con sangre alemana y Genoveva Montes, guayanesa de Angostura.
            La longevidad, característica de la familia, se cumplió de manera acentuada en la humanidad de Juan Eduardo Enet a pesar  de que siempre fue más apegado a los goces de la vida terrenal que los demás.  Se casó con Catalina Marcano, quien fue tan longeva como él y con ella tuvo seis hijos,  19 nietos y 3 biznietos.
            No fue otra cosa en su vida  que periodista de taller y de letras.  Tomó la cosa al principio como deporte aprovechando la amistad de su familia con Edmundo Suegart.    Después no hubo para él en lo adelante otra atracción que regletear, imponer, encuadernar, escribir y hasta llegar a ser Gerente de la imprenta. 
No hubo sitio dentro de La Empresa  que durante 62 años no recorriera y no conforme con esta labor, auspiciaba por fuera otras empresa period´siticas.. Así en 1913 fundó junto con Pedro Peinado la publicación El Demócrata y en el mismo año La Revista Semanal. En 1916 dirigió el semanario  La Justicia y en 1924 La Voz del Orinoco, una revista literaria de vida menos efímera. La Justicia circuló cuatro años y era germanófila pues sus artículos y notas informativas favorecían al Káiser cuando la Primera Guerra Mundial.


            A pesar de lo quebrantado de su vista y de sus piernas, Juan Guevara Enet murió sereno en su casa de la calle Cedeño donde se alzaba el mangal de sus años mozos que tanto añoraba.  Desde allí sintió pasar el tiempo que le mermaba la vida.  No era, por supuesto, el mismo tiempo de ayer.  Este era otro.  Este tiempo que le rebotaba sobre sus espaldas estaba lleno de ruidos y no conocía misterios.

domingo, 14 de julio de 2013

La Colonia francesa


14 de julio de 1904. Las colonias francesas, alemanas, italianas y de los países bajos eran muy importantes en la Ciudad Bolívar de 1904 y el día de fiesta de su país, la Banda del Estado tocaba música alusiva. El 14 de julio, aniversario de la Toma de la Bastilla (en la foto), la Banda ejecutaba La Marsellesa en el paseo La Alameda y acudía en pleno la muy activa colonia francesa. Lo igual había ocurrido el 8 de abril cuando G. Bernewitz, Vicecónsul de Dinamarca, enarboló la bandera de su país en honor al Rey Chistian IX, quien cumplía 86 años de edad. Era entonces el decano de los soberanos.
            Un mes después, Manuel Aristeguieta, estrenó su vals “Ciudad Bolívar”: dedicado a Ginesita de Plaza Ponte. Lo estrenó en uno de los muchos pianos que entonces había en las casas distinguidas de la ciudad y que periódicamente venía desde Trinidad a reparar, Daniel Velasco, quien entonces se hospedaba en el Hotel Bolívar, no el actual, por supuesto, sino en el Hotel bolívar de Guillermo Eugenio Monch Siegart, fundado en 1900 en la calle Orinoco.
            Había en la ciudad un notable movimiento artístico que crecía al rescoldo del Teatro Bolívar y que un lunes 12 de septiembre decidió canalizarse a través de una agrupación. Tal la Sociedad Filarmónica que se inició bajo la presidencia de Rafael N. Gil. Lo acompañaban en la directiva: Hermenegildo Alcocer, Mónico Cordero, Pedro Lucas Lunar y Ramón Díaz. El Objeto era “reunir a todos aquellos que  posean el divino arte de la música, a fin  de proporcionar a nuestra sociedad actos de amena y culta distracción.


            Animadores de esta sociedad eran los veteranos de la Banda del Estado, especialmente su director Jara Colmenares Antonio Lauro (padre) ejecutante del bombardino y quien en 1917 tendrá un hijo homólogo que le dará renombre a Venezuela y Guayana como Guitarrista y compositor de rango internacional.

sábado, 13 de julio de 2013

El Ferrocarril del Orinoco



13 de Julio de 1927. El Gobierno Nacional dio a conocer las bases  del Contrato suscrito por el Ejecutivo Federal y el ciudadano Edgar A. Whallis  para la construcción de un Ferrocarril en el Estado Bolívar, toda vez que el suscrito en 1920 no prosperó.
            El general Marcelino Torres García, uno de los pocos Gobernadores de la época nativo de Ciudad Bolívar, alentaba la vieja aspiración de los bolivarenses de un ferrocarril que uniera a la ciudad capital con el interior del Estado.
            En tal sentido estimuló un proyecto de manufactura inglesa, junio de 1920, que estuvo a punto de materializarse luego de haber sido introducido en el Congreso un contrato celebrado entre los Ministerios de Relaciones Interiores, Hacienda y Obras Públicas y el ciudadano Jhon A. Browman para la construcción y explotación de un ferrocarril que partiendo de San Félix pasaría por Upata, Guasipati, El Callao y Tumeremo.
            Este corrió con mala suerte y en  1927 se estudió otra alternativa mediante la firma de un convenio entre el Ejecutivo Federal y el señor Edgar A. Wallis para la construcción de un Ferrocarril entre el Estado Bolívar y Delta Amacuro.
            Wallis, súbdito inglés, en representación de la Venezuela Mining Syndicate Ltd recibió la concesión para construirlo y explotarlo durante 99 años.  Sería tendido desde un punto cualquiera de la margen derecha del Orinoco, aguas abajo del Puerto de San Félix, hasta la región minera de El Callao, con derecho a prolongarlo hasta El Dorado, sobre el Cuyuní.  El punto de partida en el Orinoco se elegiría si fuese posible en un lugar accesible en toda época del año a buques trasatlánticos para carga y pasajeros.
            La edición 8 de la revista “Venezuela of today”, publicada en New York dio cuenta de ese proyecto e informó en febrero de 1919 que los estudios ya concluidos marcaban la línea férrea desde el puerto de Sacupana a la margen de Río Grande, cruzando luego la Sierra Imataca y pasando por El Palmar, El Miamo y El Callao, para terminar en el río Cuyuní, pero igualmente fue un proyecto más, sin resultados efectivos como el de 1873 del general Francisco Monserratte, cuya concesión obtuvo de la Asamblea Legislativa del Estado Soberano de Guayana. (AF)

viernes, 12 de julio de 2013

Brión en la Angostura

File:Almirante Luis Brion.jpg
12 de julio de 1818.  Día domingo, el Almirante Luis Brión se adelantó a su escuadra en una embarcación pequeña tras penetrar por las Bocas del Orinoco y llegó a la Ciudad de Angostura cuyos habitantes y oficialidad del gobierno lo recibieron jubilosamente.
            Junto con Brión llegó Juan Bautista Irvine, Agente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien venía a enterarse del estado de la guerra de independencia y ofrecer sus buenos oficios por la causa de Bolívar.
            El “Correo del Orinoco”, en su edición 4 del 18 de julio da cuenta de la “increíble satisfacción que ha causado la llegada de este ilustre defensor de nuestra independencia, después de haber desempeñado de un modo digno de él una comisión difícil, en que iba la salud de la patria”.
            A bordo de la escuadra de Brión también llegaban a la Angostura del Orinoco recién tomada por los patriotas, ocho mil fusiles, quinientos quintales de pólvora y el doble de plomo, un tren completo de artillería, máquinas, instrumentos, hábiles artistas y cuanto era preciso para la guerra.
            Así mismo llegaba junto con el Almirante la Brigada de Artillería y la mayor parte de las tropas inglesas.
            Al día siguiente de la llegada de Brión, el Libertador escribe desde Angostura al General Juan Bautista Arismendi anunciándole la llegada de las armas y municiones para armar  las divisiones y obrar activa y ofensivamente contra los realistas que habían quedado reducidos a las alturas y las costas dejando libre los llanos.   Bolívar en su carta advierte a Arismendi de la posible llegada a la Isla de una fuerte expedición española, de la cual debe cuidarse tomando todas las providencias del caso y si es necesario evacuarla completamente. (AF)

jueves, 11 de julio de 2013

Gómez toma a Ciudad Bolívar

11 de julio de 1903.  El General Juan Vicente Gómez, comandante general de las fuerzas militares expedicionarias, fondea en el Orinoco dispuesto a  sangre y fuego ocupar Ciudad Bolívar, erigida por obra del sublevado Capitán Ramón Cecilio Farreras, en el último baluarte de la Guerra Libertadora.
            Gómez fondeó sus barcos frente a la ciudad  un año luego de haber pasado los vapores de guerra  comandados por el general Ramón Delgado Chalbaud disparando 1.330 proyectiles durantes tres días. El General Nicolás Rolando y Farreras no esperaban ese día la llegada de las fuerzas del Gobierno pues se estaban preparando para invadir los Estados Apure y Guárico intentando un poco la campaña del Centro realizada por el Libertador en 1818.  Sus planes se derrumbaron cuando se oyeron los primeros cañonazos y las fuerzas de Gómez comenzaron a desembarcar por Santa Ana y marchar luego hasta Cañafístula situando la ciudad.
            Mientras Gómez movía sus piezas, su zamarro pariente el doctor José Rosario García, letrado colombiano que le servía de consejero, parlamentaba con distinguidos personajes de Ciudad Bolívar: el Obispo Antonio María Duran, Luis Brockman, cónsul de Alemania; Jesús Henderson, agente consular de los Estados Unidos y otros  que trataban de evitar el inminente derramamiento de sangre.
La idea de la capitulación tomó cuerpo y se habría firmado si no hubiera sido porque el general Cipriano Castro, Presidente de la República,  ordenó a Gómez que el enemigo se rindiera a discreción con todas sus elementos de guerra a cambio de  garantías a jefes, oficiales y soldados, excepción de Farreras, quien quedaría sometido a juicio ordinario por el delito de traición.
            Por la no entrega de Farreras fue imposible la capitulación. Monseñor Durán en nombre de Dios suplicó una vez más al Gobierno y Gómez respondió en estos términos: “Así como hay un Dios, yo tomo a Ciudad Bolívar” y la tomó nueve días después de su llegada.



miércoles, 10 de julio de 2013

Fundación de El Luchador


10 de julio de 1905. El 10 de julio de 1905, don Agustín Suegart fundó el diario “El Luchador”, decano de los diarios de la provincia venezolana hasta 1984 que se extinguió.
            Era editado en los talleres de “La Empresa” establecidos por el propio Suegart, en 1893 con imprenta de vapor y linotipos que introdujo luego en 1911.
            El Luchador fue una prolongación de “El Anunciador”, de vida efímera, cerrado por el gobierno autoritario de Cipriano Castro, a quien no le agradaron algunas de sus crónicas.
            Después, por la vía influyente de familiares y amigos allegados al mandatario, se logró que el diario reapareciera, pero con otro nombre.  Fue entonces cuando el Anunciador pasó a ser El Luchador que circuló de tarde por más de sesenta años.  Era un periódico standard de cuatro páginas que andaba por todas las embajadas del mundo y circulando más por suscripciones que por pregón.  Por largo tiempo en Ciudad Bolívar y el resto de la Guayana no hubo más periódico que “El Luchador” y sus ediciones guardan la más variada y compleja historia de la Guayana del siglo veinte.
            “El Luchador” de Agustín, Edmundo y Jorge Suegart era de perfil conservador, un vespertino que aceptaba toda clase de colaboración, excepto las que de algún modo fuesen ofensivas o lesionasen los intereses de la religión, los del gobierno de turno o de algún sector o individualidad influyentes de la región.  Por eso no estuvo, como otras publicaciones, sometido a las vicisitudes políticas de la época.  Sus titulares nunca fueron abultados, agresivos o sensacionales y carecía del atractivo dinámico de la prensa moderna.  Buena parte de sus espacios estaban cubiertos con “refritos” y reproducción de informaciones y artículos de la prensa nacional.  Pero a partir del 15 de febrero de 1969.  “El Luchador” rompió con su estilo anterior y fue transformado en un tabloide matutino para competir con “El Bolivarense” que había aparecido como diario el primero de diciembre de 1957.
            “El Luchador” circuló regularmente hasta 1984 que fue objeto de embargo cuando, por supuesto, ya no pertenecía a sus fundadores porque, después del fallecimiento de don Jorge Suegart, surgieron problemas familiares que terminaron con la venta de la editora “La Empresa”.
            El 16 de noviembre de 2005 apareció nuevmente en manos de Simeón García en calidad de Presidente y el Licenciado Víctor Casado como editor-director con el siguiente editorial “Reapaeemos.  De lo que se trata ahora es de retomar la lucha con nuevos bríos y esperanzas.  Esta vez el proyecto se ha ensamblado de tal forma que es para siempre…” Tabloide, full color.



Humboldt se despide de Angostura

 10 de julio de 1800.  Alejandro de Humboldt y Amadeo Bonpand, tras 26 días de permanencia en Angostura tratando de salvarse de una fiebre maligna de la que no pudo escapar el indio Carlos Delpino, compañero de viaje, se despidieron de la capital de Guayana, escala penúltima de un periplo que comenzó por Cumaná o Nueva Andalucía y se extendió por las misiones de los Chaimas, Caripe, Cueva del Guácharo, La Guaira,  Caracas, Los Teques, la Victoria, valles de Aragua, Lago de Valencia, fuentes termales de Mariara, Villa de Cura, los Llanos, Calabozo  San Fernando  el Orinoco, el Atabapo, Río Negro y Casiquiare
Los ilustres viajeros al dejar Angostura, cruzaron el Orinoco por la noche, pernoctaron en el fortín San Rafael de Soledad y temprano montaron en mulos que trotaron hasta Nueva Barcelona y Cumaná, donde pensaban encontrar un barco que los llevara a la isla de Cuba con su valioso cargamento de instrumentos, anotaciones científicas, textos de consultas y muestras recolectadas. Faltaba en aquel viaje de retorno para cerrar el periplo por tierra venezolana, Carlos del Pino, el indio guaikeri que recogieron frente a la Isla de Coche cuando a bordo de “el Pizarro” se dirigían a Cumaná.
Carlos del Pino los acompañó y ayudó plenamente a lo largo de todo el recorrido científico, expuesto al sol, a la lluvia, a las inclemencias de la selva y del tiempo hasta rendir su vida en Angostura como tributo de un viaje que hace época en la historia de la investigación científica y que fue pródigo en descubrimientos.
            Después de Angostura, Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland embarcaron para La Habana, y luego se dirigieron a Cartagena de Indias; desde donde remontaron el Magdalena, llegando hasta el Ecuador y Perú. Ascendieron el Chimborazo a donde años después llegaría Bolívar a soñar la libertad de América. En 1803 visitaron México y por Washington y Filadelfia llegaron a Nueva York, donde embarcaron para Burdeos con sus ricas colecciones que hoy son orgullo de los museos de París y Berlín.

martes, 9 de julio de 2013

Segundo Arzobispo de Ciudad Bolívar


9 de julio de 1966.  Tomó posesión en calidad de segundo Arzobispo de Ciudad Bolívar, Monseñor Crisanto Mata Cova.  Había sido nombrado el 30 de abril y venía de ejercer el obispado de la Diócesis de Cumaná.
Hagamos bien a todos, proclamó al posesionarse de su nueva jerarquía eclesiástica Entonces fue objeto de un homenaje de los bolivarenses, materializado en la Asamblea Legislativa presidida por el diputado Roger González.  El poeta José Sánchez Negrón pronunció las palabras de bienvenida y también las de despedida para Monseñor Tomas Gómez Márquez, Administrador de la Diócesis por ausencia del titular Monseñor Juan José Bernal, a quien se le había asignado la diócesis de Miranda
Gobernó la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar durante veinte años. En agosto de 1986 la dejó tras haber renunciado por cuestiones de salud. Le había llegado la jubilación antes del límite de edad que son 75. Monseñor entonces tenía 73 y quiso volver a su lejano y montañoso pueblo carupanero de San José de Areocuar. A él se le debe la reconstrucción y restauración de la Catedral de Ciudad Bolívar conforme a los planos originales hallados en los archivos de Indias, la organización del Archivo y Biblioteca del arzobispado, la Iglesia del Perú, el Colegio Cristo Rey y obras de acción social con los indios Panare en el Cuchivero y en Barrios de la Ciudad como Virgen del Valle.
            Guayana, tan inmensa y en constante y violento crecimiento demográfico a causa del desarrollo minero, hidrorelectrico e industrial, se le escapaba de las manos y para aliviarle la carga el Papa le asignó obispos auxiliares. Inicialmente Monseñor Francisco de Guruceaga y luego Jesús Núñez Viloria. El primero electo luego Obispo de la Diócesis de Margarita y el segundo, Obispo de Ciudad Guayana en 1986.


            El 14 de diciembre de 1982, el Consejo Municipal de Heres, entonces presidido por la concejala Doris Rosales, declaró a Monseñor Mata Cova, Hijo Ilustre de Ciudad Bolívar. La proposición en sesión ordinaria anterior había sido presentada por el doctor Elías Ynaty, a quien le tocó en la sesión solemne pronunciar el discurso de orden, exaltando la personalidad, vocación sacerdotal y sensibilidad social del Arzobispo.

lunes, 8 de julio de 2013

Fundación de El Paují



8 de julio de 1989. El Gobernador de Bolívar, Omar González Moreno, declaró oficialmente la fundación de El Paují, en zona fronteriza con Brasil.
            El pueblo dependía entonces  del Municipio Autónomo Sifontes (Tumeremo) y estaba considerado como un centro importante productor de miel de abeja que había merecido por tres años seguidos el premio Nacional de Apicultura.
            De hecho, la mejor miel del país se produce en El Paují y alrededor de ese cultivo se ha ido formando una población que sobrepasa los 300 habitantes favorecida por un clima que oscila entre los 18 y 20 grados. Cuenta con talleres de carpintería,  pre-escolar, iglesia, tres bodegas, una base del MTC y un Patrón llamado Kawai.

            Mercedes Machado, Luis Sánchez y Carlos Machado, dirigentes de la comunidad formalizaron la presencia del gobernador y del presidente de la Legislatura en el acto protocolar de la fundación “El pueblo fronterizo  vive en armonía con el ecosistema y según dicen guardan la zona contra la intromisión minera y los taladores de bosques.
            El Paují actualmente está dentro de la jurisdicción del Municipio Gran Sabana que tiene a Santa Elena de Uairén como cabecera desde el 29 de septiembre de 1995.que fue sancionada la  reforma de la Ley de división Político Territorial del Estado.
               Se encuentra El Paují  en el Kilometro 74 de la carretera que se inicia en Santa Elena de Uairén, via Ikabaru, pueblo minero donde culmina la carretera de tierra que atraviesa selvas y sabanas, apta para vehículos de doble tracción.
               Últimamente se ha sumado a la economía de la comunidad la explotación del turismo dado el valor de su paisaje.  Las operadoras de turismo realizan el recorrido  aproximadamente en 3 horas dependiendo del factor climático. Por carretera: Taxi jeeps  salen de Santa Elena a las 6 de la mañana. Asimismo se puede llegar en autostop desde la alcabala de la Guardia Nacional a la entrada del aeropuerto.(AF)

domingo, 7 de julio de 2013

Fundación de Upata


7 de julio de 1762.  Fundada en el Valle del Yocoima la villa de San Antonio de Upata, actual capital del Municipio Piar del Estado Bolívar y antiguamente asiento principal de las Misiones del Caroní.
            Fue fundada por los Capuchinos Catalanes conforme a los mandatos de la Real Cédula del 28 de septiembre de 1759, es decir, dos años antes que la Capital de la Provincia de Guayana hubiera sido trasladada a la parte más angosta del Orinoco.
            Upata está ubicada en la cuenca del Yuruary, pero a la orilla del Río Yocoima, con una población superior a los 100 mil habitantes.  Su nombre “Upata” es primitivo o autóctono según la leyenda y corresponde a la hija del Cacique Yocoima, flechada por un indio celoso cuando la vio en los brazos de un oficial hispano.
            La villa, hoy transformada en ciudad airosa y pujante, fue durante la época de la colonia y de la Independencia un granero de relevante importancia.  En manos de los misioneros capuchinos permaneció hasta 1817 cuando el General Manuel  Piar se afianzó con su ejército patriota en Guayana para que más tarde Bolívar proclamara la independencia de la provincia y sentara las bases de la Gran Colombia.
            Gallegos en su novela “Canaima” pinta a Upata como una villa de “aire luminoso y suave sobre un valle apacible entre dulces colinas.  Techos de palma, techos de zinc, rojas o patinados tejados, una vegetación exuberante, de jardín y huerta domésticos, en patios y solares.   Unos montes lejanos, tiernamente azules”.
            Así lo pintaba el escritor venezolano cuando Upata era terminal forzoso de los mato-carros tirados por mulas y bueyes.  Cuando la villa aún vivía del tránsito de los llamados “Carreros del Yuruary”, de los fletes de las cargas y del dinero de los forasteros que se dirigían a las montañas purgüeras y a las minas de oro de El Callao.  Hoy Upata ha cambiado su modo de vida.  Vive de la agricultura y la cría, de sus minas de caolín y dolomita, de sus pequeñas fábricas y de su vecindad con la Zona Industrial de Ciudad Guayana. (AF)

sábado, 6 de julio de 2013

Natalicio del Almirante Brión



6 de julio de 1782  Nació en la isla de Curazao el armador Luis Brión, primer almirante de la Armada de la República de Venezuela y quien tuvo mucho que ver con la Toma de Angostura y conquista definitiva de la provincia de Guayana.

            Tal vez al Almirante Luis Brión no lo quieran mucho los guayaneses por haber presidido el Consejo de Guerra que sentenció a muerte a su paisano el General Manuel Piar, pero sería mezquino desconocer sus aportes a la guerra de Independencia y particularmente a la liberación de Guayana, todavía hasta julio de 1817 en poder de los españoles.
            Brión fue el primer Almirante de Venezuela  y de la antigua República de Colombia, pero no vivió lo suficiente para disfrutar su jerarquía de Almirante héroe de la patria,  pues murió el 27 de septiembre de 1821, a la temprana edad de 39 años.
            Conoció a Bolívar en 1813, estrecharon buena amistad y puso sus barcos a la orden de la causa republicana.  En 1816, cuando la expedición de Los Cayos y su victoria en los Frailes, Bolívar lo ascendió a Almirante.  Fue el primer Almirante de la Armada Republicana.
            Las Fuerzas Navales de Venezuela no han tenido en el curso de su historia sino dos Almirantes:  El curazoleño Luis Brión y el colombiano José Prudencio Padilla, nativo de Río Hacha, y quien derrotó a la armada realista que capitaneaba Ángel de Laborde en la Batalla del Lago de Maracaibo, el 24 de julio de 1823, con la que se liberó la parte occidental de Venezuela.  Padilla  a la edad de 14 años ingresó a la Armada española derrotada en la Batalla de Trafalgar por el Almirante Nelson.
            Lino Clemente y Palacios, nacido en Petare el 23 de septiembre de 1767, fue el primer venezolano en ostentar un alto rango en la Armada, tal el de Vicealmirante que es inmediato al de Almirante.  Este prócer de la Independencia, hizo carrera militar en el mar, pero igualmente tuvo figuración en la infantería.  Nacido de cuna rica, murió en extrema pobreza, pero en plena gloria.  Murió en Curazao y sus restos transferidos al Panteón Nacional de Caracas. (AF(

viernes, 5 de julio de 2013

DÍA DE LA INDEPENDENCIA

 d

5 de Julio de 1811. El Congreso Constituyente, reunido en  la Capilla de la iglesia de San Francisco en Caracas y formado por los representantes de las provincias de Caracas, Cumaná, Margarita, Barcelona, Barinas, Mérida, y Trujillo, proclamó la Independencia de Venezuela.  Guayana, Coro y Maracaibo se incorporaron después.

            Treinta diputados provincianos, de los cuarenta y cuatro designados, reunidos en el sagrado recinto, deliberaron sobre la trascendente materia de  la independencia.  Sólo el diputado de la Grita, Manuel Vicente Maya, tuvo la intemperancia de salvar su voto.  Otros como el diputado Roscio, dudaron ante la magnitud del acontecer, pero hombres como Miranda, Yánez, Peña, respondieron  y defendieron con ardor los derechos inalienables de los venezolanos.
            El Presidente del Congreso Nacional, Juan Antonio Domínguez, tuvo el honor histórico de declarar solemnemente la Independencia de Venezuela, coronando de esta manera el acto cívico del 19 de abril de 1810, cuando el pueblo expresó su voluntad de gobernarse así mismo.  El 19 de abril y el 5 de julio, complementarias ambas, constituyen el prefacio de muchos episodios cruentos y difíciles que se libraron en los campos de batalla para hacer de Venezuela un pueblo libre y soberano.
            La declaración de nuestra libertad y soberanía, con relación al dominio español, no fue suficiente, hubo que librar guerras de varios años, a la cabeza de las cuales brilló siempre el genio de Bolívar.  Pero las luchas intestinas que sobrevinieron después, afloradas por la ambición política, enervaron los preciosos dones de la libertad y la soberanía, dando lugar a influencias extrañas en lo económico, ideológico, espiritual y político que empañan realmente esas conquistas.  ¡Nos preguntamos si aún somos verdaderamente libres o si todavía falta por ganar muchas batallas! (AF)