viernes, 31 de agosto de 2012

Natalicio de Ramón Contasti

14 de octubre de 1795.  En esta fecha nació Ramón Contasti, prócer angostureño, destacado como oficial activo en todas las Batallas decisivas de la independencia desde
Venezuela hasta el Perú y posteriormente destacó en la vida militar, política y social de
Guayana.
            El coronel Ramón Contasti tuvo dentro del acontecer político grancolombiano, una posición contraria a del Libertador, puesto que militó consecuentemente bajo las banderas del gran caudillo José Antonio Páez, pero como muchos, expuso y consagró su vida de soldado en aras del ideal sublime de la emancipación y no conforme con ello, se vino a su tierra orinoqueña a llenarla de orgullo con sus galones y a servirla ya como Comandante de Armas o Gobernador.
            La vida de éste prócer comienza el 14 de octubre de 1795 cuando lo trajo a esta tierra que se empina sobre el río, sus padres Don Agustín Contasti y Doña María Hermenegilda Arcadio, quienes tuvieron otros cuatro hijos. El era el penúltimo y fue bautizado por el cura rector de la Catedral, con el nombre de José Ramón Calixto, pero siempre se dio a conocer simplemente como Ramón Contasti.
            Agustín Contasti, su padre, era Alguacil Mayor y Capitán de milicianos. Se radicó en Angostura a finales del siglo dieciocho, procedente del principado de Cataluña, de donde era nativo. Aquí en Angostura contrajo matrimonio el 2 de enero de 1774 y como funcionario público tuvo acceso a una buena educación para sus hijos, entre ellos, Orocio, quien también fue oficial del Ejército Libertador y participó en la guerra de la emancipación americana.
            Los Contasti estuvieron al lado de la emancipación desde 1810, pero en el caso de Ramón Contasti, este no se alistó en el Ejercito patriota sino en 1817, a la edad de 22 años, que es cuando efectivamente inicia la carrera militar como subteniente del Batallón de infantería Bravos de Páez que junto con los batallones Rifles, Barcelona y Albión, un regimiento de caballería y dos escuadrones de lanceros conformó el Ejercito con el cual Bolívar invadió a la Nueva Granada.
             

jueves, 30 de agosto de 2012

Consejo de Guerra sentencia a Piar

  
 15 de octubre de 1817, previa convocatoria, se reunieron un Almirante, dos Generales de Brigada, dos Coroneles y dos Tenientes coroneles, miembros del Consejo de Guerra designado por el Jefe Supremo, para decidir en el juicio militar seguido al General en Jefe Manuel Piar.
            La instalación del Consejo de Guerra tuvo lugar en la casa del Almirante Luis Brión que hace esquina entre las calles de la Iglesia (calle Bolívar) y del Gobierno (calle Constitución) y sus miembros acordaron hacer la votación por escrito y de manera individual, concluyendo en la siguiente sentencia:  “Visto el oficio del Excmo. Señor Jefe Supremo de 3 del corriente, inserto por cabeza de este proceso que ha sido firmado por el señor General de Brigada Carlos Soublette a consecuencia de dicha orden, contra el General en Jefe Manuel Piar indiciado de los crímenes de insubordinado, conspirador,  sedicioso y desertor  y hecho por dicho señor relación  de todo lo actuado al Consejo de guerra  de Oficiales Generales celebrado el día 15 de Octubre de 1817 en la casa del Excmo. Señor Almirante Luis Brión, que lo presidió, siendo Jueces de él los  señores Generales  de Brigada Pedro León Torres y José Anzoátegui, Coroneles José Ucros y  José María Carreño y Tenientes Coroneles Judas Piñango y Francisco Conde, sin que compareciese en el mencionado Tribunal el referido reo por no haberlo estimado necesario  el Consejo; y oída la defensa de su procurador, y todo bien examinado le ha condenado y condena el Consejo a ser pasado por las armas, arreglándose a la ley prescrita en el artículo veintiseis, tratado octavo, título décimo de las  ordenanzas generales.
            Inmediatamente pasó el General Carlos Soublette, Juez Fiscal a la posada del Jefe Supremo junto con el Secretario José Ignacio Pulido y entregó en su mano todo el expediente relativo al proceso.  El mismo día, el Jefe Supremo la confirmó en los siguientes términos:
                                                                                     
            Cuartel General  de Angostura, Octubre 15 de 1817.-7º.
            Vista la sentencia pronunciada por el Consejo de guerra de Oficiales Generales contra el General Manuel Piar, por los enormes crímenes de insubordinado, desertor, sedicioso y conspirador, he venido en confirmarla sin  degradación.  Pásese al señor Fiscal  para que la haga ejecutar, conforme a ordenanza, a las cinco de la tarde  del día de mañana.
                                                                                                                    BOLÍVAR.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Fusilamiento de Piar

           
16 de Octubre de 1817.  El General en Jefe Manuel Piar fue fusilado en la Plaza de Angostura luego que el Consejo de Guerra presidido por el Almirante Luis Brión lo sentenció a la pena máxima por el delito de lesa  patria, conspiración y deserción.
            Piar,  nacido en Curazao en abril de 1774, fue fusilado a la edad de 43 años.  Jalones importantes de su trayectoria militar a favor de la independencia son las batallas libradas en el Morro de Valencia, Pantanero, Güiria, Maturín, Los Magueyes, Los Corocillos, Cumanacoa, Barcelona, Carúpano, El Juncal, Paso del Caura, Puga y finalmente la Batalla de San Félix.
            Piar con la Guayana en sus manos y tan solo por vencer a las sitiadas Angostura y Guayana La Vieja, entregó a Bolívar  el mando de sus tropas para que continuase  la campaña, pero Bolívar lo relegó y la urdimbre de la intriga envolvió al vencedor de Chirica viéndose obligado a separarse del Ejército.  No obstante, ya separado, los rumores sobre la inconformidad de Piar y sus presuntos manejos conspirativos llegaron por vía de Bermúdez a los oídos del Libertador, quien envió a Cedeño por su captura en Aragua de Maturín.  Más tarde el General Carlos Soublette recibió orden de instruir el proceso “por los crímenes de insubordinados a la autoridad suprema, de conspirar contra el orden y tranquilidad pública, de sedicioso y últimamente de desertor”.  El 14 de octubre se iniciaron las diligencias y una vez dictado el auto de proceder, Bolívar nombró el Consejo de Guerra presidido por el Almirante Luis Brión..  Como fiscal actuó Soublette y Defensor el Teniente Coronel Fernando Galindo.  El 15 de octubre el Consejo lo condenó por unanimidad a ser pasado por las armas y Bolívar confirmó la sentencia  sin degradación.  Llevado al patíbulo, Piar oyó con desprecio la sentencia.  Por dos veces arrebató con violencia el pañuelo con el que quisieron taparle los ojos y finalmente cuando el pelotón recibió la orden de disparar se abrió la esclavina y gritó: ¡Viva la Patria! Como intentando ahogar con aquella exclamación el ruido implacable de la descarga.  El cadáver de Piar fue sepultado en el cementerio El Cardonal.  Jamás se supo de sus restos. En 1828, en Bucaramanga, Bolívar volvió a justificar el fusilamiento expresando: “La muerte de Piar fue una necesidad política.   Fue un golpe de estado que aterró a los rebeldes y aseguró mi autoridad.  Nunca ha habido una muerte más útil, más política”.

martes, 28 de agosto de 2012

Bolívar justifica fusilamiento de Piar


17 de octubre de 1817. Simón Bolívar, jefe supremo de la República de Venezuela, dirige una proclama a los soldados del Ejercito Libertador explicando el proceso y ejecución de la sentencia de muerte contra el General, Manuel  Piar. ¡Soldados!  Ayer ha sido un día de dolor para mi corazón. El General Piar fue ejecutado por sus crímenes de lesa patria, conspiración y deserción.  Un tribunal justo y legal ha pronunciado la sentencia contra aquel desgraciado ciudadano, que embriagado con los favores de la fortuna, y por saciar su ambición pretendió sepultar la patria entre sus ruinas.  El general Piar a la verdad, había hecho  servicios importantes a la República y aunque el curso de su conducta había sido siempre el de un faccioso, sus servicios fueron pródigamente recompensados por el Gobierno de Venezuela. “Nada quedaba que desear a un jefe que había obtenido los grados más eminentes de la milicia.  La segunda autoridad de la República que se hallaba vacante de hecho, no la disidencia del general Mariño iba hacerle conferida antes de su rebelión; pero este general, que solo aspiraba al mando supremo, formó el designio más atroz que puede concebir una alma perversa.  No solo la guerra civil, sino la anarquía y el sacrificio más inhumano de sus propios compañeros y hermanos se había propuesto Piar”
¡Soldados! Vosotros lo sabéis.  La igualdad, la libertad  y la independencia son nuestra divisa.  ¿La humanidad no ha recobrado sus derechos por nuestras leyes?. ¿Nuestras armas no han roto las cadenas  de los esclavos? ¿La odiosa diferencia de clases y colores no ha sido abolida para siempre? ¿Los bienes nacionales no se han mandado a repartir entre vosotros?  ¿No sois iguales, libres, independientes, felices y honrados? ¿Podría Piar procurarnos mayores bienes? No, no, no.  El sepulcro de la República lo abría Piar con sus propias manos para enterrar en él la vida, los bienes y los honores de los bravos defensores de la libertad.
“El cielo ha visto con horror este cruel parricida.  El cielo lo entregó a la vindicta de las leyes.  El cielo ha permitido que un hombre que ofendía a la divinidad y al linaje humano no profanase más tiempo la tierra que no debía sufrirlo un momento después de su crimen. 
¡Soldados!  El cielo vela por nuestra salud, y el gobierno que es vuestro padre sólo se desvela por vosotros.  Vuestro jefe que es vuestro compañero de armas, y que siempre a vuestros peligros y miserias, como también de vuestros triunfos, confía en vosotros.  Confiar pues, en él, seguros de que os ama más que si fuera vuestro padre o vuestro hijo.  Cuartel general de Angostura, octubre 17 de 1817.  Simón Bolívar”.

lunes, 27 de agosto de 2012

El Guayanés

17 de octubre de 1988. En plena campaña electoral, el Grupo Comunicacional Guayana, dio a luz en la avenida principal de Castillito, Puerto Ordaz, la primera edición de “El Guayanés”, con la autodenominación “Diario del Sur”, formato Standard, seis columnas, bajo la dirección del periodista Celestino Adames Pérez, quien venía de dirigir el extinto diario El Pueblo de San Félix.
            Aparece como Editor y Presidente del “Grupo Comunicacional”, el Licenciado Omar González Moreno, entonces Gobernador del Estado Bolívar y ex Presidente de la Asamblea Legislativa.  En la Secretaría de redacción Aliette Díaz y en la Coordinación, Judith González Rojas.
            Impreso en los talleres de la Editorial Santa Inés, abre la primera edición con el editorial “Buenos días Guayana” que traza lo que será el rumbo del nuevo periódico al servicio de la sociedad y progreso de Guayana;  el anuncio de que está “en peligro la paz social por la grave crisis económica”, la plataforma oceánica adquirida por Ferrominera Orinoco y el programa de gobierno que propone Carlos Andrés Pérez desde Maracaibo para optar por segunda vez a la Presidencia de la República.
            El editorial del primer día no dejará de salir en las ediciones sucesivas, pero a una columna en la parte derecha inferior de la primera plana e identificado como “Punto de Vista”.  Pero no duró mucho tiempo en manos de sus fundadores, La Editorial Santa Inés, con su fruto principal, pasó a otras manos y Omar González Moreno recogió sus bártulos y se reubicó en Puerto La Cruz donde fundó el tabloide “Diario del Sur”, denominación complementaria de “El Guayanés”, ahora en manos del ingeniero José Gregorio Castillejos, su director-editor, quien, acompañado en la subdirección por la licenciada Carmen Carrillo y en la jefatura de redacción por el licenciado Jorge Morillo, le imprimió otra imagen empezando por el logotipo que dejó de ser todo en letras mayúsculas para situarse en la parte superior del formato, tres cuerpos a todo color y con el lema: “Razón de la verdad”, sin quelonio.


           

domingo, 26 de agosto de 2012

Derrocamiento de Medina

18 de octubre de 1945.  Derrocado el gobierno del general Isaías Medina Angarita por un movimiento cívico militar cruento que instauró en el país un sistema democrático con raíces populares, pero que tan sólo habría de durar tres años, pues intervino después un golpe militar incruento que estableció un régimen totalitario desconocedor de la Constitución y atropellador de los más elementales derechos ciudadanos.
            El golpe militar contra el gobierno de Medina Angarita tuvo reacción en Ciudad Bolívar dos días después cuando reaccionaron contra el gobierno local los dirigentes principales de Acción Democrática y el Batallón Mariño Nº 9 acantonado en el Cuartel del Capitolio.
            El diario El Luchador tituló el lunes 22: “La Revolución ha triunfado en todo el país. Victoriosa jornada de la juventud militar y del partido Acción Democrática. Constituida en esta Capital la Junta Revolucionaria Cívico-militar del Estado Bolívar”. Luego un editorial titulado: Radical cambio político.
            La junta  la integraba Julio C. Paván, en calidad de Presidente provisional; José Luis Mattei, Ramón Vicente Tovar, Enrique Vecchionacce, José Luis Orsetti, Régulo Salazar, Luis Felipe Pérez Flores, Ramón Vicente Tovar, Rafael Simonovis, por el sector civil; y por el militar los subtenientes Ásale Roa Medina y Carlos R. Camacho Paz.
            Por mandato de la nacional, esta Junta local quedó disuelta dos días después (día 24 de octubre) cuando fue nombrado Héctor Guillermo Villalobos. Presidente del Estado.
            Villalobos, bolivarense nacido el 20 de julio de 1911 era director del Liceo Fermín Toro de Caracas y había sido diputado al Congreso por el Estado Bolívar en el periodo 1937-1940.
            Medina había ascendido al poder en abril de 1941, en tiempo de crisis general provocada por la segunda guerra mundial.  Durante  sumandato se desarrolló un hermoso plan de obras nacionales, destinadas principalmente a la educación y se construyó la urbanización “El Silencio”, principio de la Caracas moderna.  En el curso de la gestión medinista se observó un mayor acercamiento entre las naciones americanas, se abrieron las puertas de las cárceles, no hubo, por lo tanto, presos políticos ni exiliados y se disfrutaba, comparativamente con regímenes anteriores, un clima mayor de libertad y garantías ciudadanas.
           

sábado, 25 de agosto de 2012

Muere Isabel Soublette Jerez Aristeguieta

19 de octubre de 1833.  Isabel Soublette Jerez Aristeguieta murió estando casada con el comerciante veronés radicado en Angostura, Juan Bautista Dalla Costa.  Era ella hija de Antonio Soublette Piar y de Teresa Jerez Aristeguieta Blanco y Herrera, padres también del General Carlos Soublette, quien fue Jefe del Estado Mayor del Ejército Libertador y  Presidente de la República entre 1843-1847.
            Isabel era descendiente de las famosas Jerez Aristeguieta, hermanas conocidas como las “nueve musas caraqueñas  Mercedes, Josefa, Rosa, Teresa Begonia, Manela, Panchita, Belén y María Antonia) que colmaron  con sus flirteos a la pacata ciudad de fines de la colonia española.
            De esta  distinguida dama del mantuanaje caraqueño dijo en un libro el oficial inglés George Hippisley que era esbelta, blanca, de ojos azules, rostro delicado y manos finas y que fue una de las damas que coronaron a Bolívar cuando tras la Campaña Admirable hizo su entrada a Caracas en 1813 Desde entonces dice tuvo un trato íntimo y amoroso con el Libertador que se acentuó en Cartagena de Indias tras la emigración de 1814.  Bolívar la reencontrará de nuevo en Puerto Príncipe y finalmente en Angostura donde contrajo matrimonio con el burgués italiano Juan Bautista Dalla Costa el 22 de marzo de 1818.  El Libertador como regalo de boda le donó una casa donde vivieron y nacieron sus hijos Antonio, casado con Carmen Ayala;  Teresa, casada con Leandro Miranda, hijo del Generalísimo; Isabel con Eugenio Trillón, quien levantó el pedestal donde en la plaza mayor de Angostura alza la estatua de Bolívar;  y Juan Bautista, que ejerció varias veces el Gobierno de Guayana; Amelia, casada con José Antonio Mosquera;: César con Matilde Juliá García y Carlos que murió a la edad de dieciocho años.
            Después de la muerte de Isabel, Juan Bautista Dalla Costa volvió a contraer matrimonio, esta vez con doña Isabel Fortique, 7 de agosto de 1835, y con quien tuvo siete hijos, dos de ellos, Alfredo, casado con Emilia Boulton y Teresa casada con Alfredo Boulton.

viernes, 24 de agosto de 2012

Expedición de Diego de Ordaz


20 de octubre de 1530. Diego de Ordaz, en calidad de Comendador, Adelantado y Alguacil Mayor, zarpó de San Lucas de Barrameda rumbo al Nuevo Continente a la conquista y poblamiento de nuevas tierras conforme a la Capitulación expedida en Madrid, vale decir  las que van  desde el Marañón hasta Macarapana, al Oeste del Golfo de Cariaco, “por todos los días de vuestra vida con salario de setecientos veinticinco mil mares (maravedíes) en cada un año contados desde el día que vos hizieredes a la vela en estos nuestros reinos, para hacer la dicha población e conquista, los cuales vos an de ser pagados de las rentas e derechos a nos pertenecientes en la dicha tierra que assy abeys de poblar”.
Su primera escala para reforzar con más recursos la expedición, fue en las Islas Canarias de donde desplegaron velas el 13 de diciembre de 1530, día de Santa Cecilia, cuatro naves con 600 hombres y 36 caballos a su mando.  Zarparon con buen tiempo de Tenerife rumbo a tierras vagamente conocidas y, por lo tanto, inexploradas, que parecían jurisdiccionales del Río Marañón, pero fuera de las posesiones del Reino de Portugal.
            Luego de prolongados períodos de calma y tempestades que lo desviaron de la ruta y disgregaron las naves, avistaron tierra dos grados por encima del paralelo equinoccial, a los veintiséis días de navegación. Pero no hallaban lugar adecuado para fondear los barcos y centrar su comando de operaciones hasta que lo vieron en Paria ya a mediados del mes de marzo de 1531.
            Pero Paria, al igual que Cubagua, era jurisdicción discutible, pues allí Antonio Sedeño, Gobernador de Trinidad, tenía un Fuerte al mando de Juan González de Sosa; de todas maneras, Ordaz impuso su fuerza y utilizó al propio Juan González, al mando de un grupo de sus hombres, para hacer una exploración previa del estuario. González, no obstante, se aventuró hasta la propia desembocadura del Caravaca, como los indígenas se referían al Río Caroní. Allí él y su compañía escucharon por primera vez el nombre de Uayana. Uayana se llamaban aquellas tierras selvosas avasalladas por inmensos caudales de agua.
           

jueves, 23 de agosto de 2012

Temblor de espanto

21 de octubre de 1766.  Un terremoto sacudió a Venezuela en casi toda su extensión y no obstante estar Guayana situada sobre una inmensa roca inconmovible, no dejó de estremecerse y hacer que sus pobladores perdieran la noción del tiempo hasta el punto que el misionero  jesuita italiano Felipe Salvador Gilij, quien se hallaba en La Urbana, sostuviera al igual que los habitantes de esa aldea que el movimiento sísmico había tenido duración de una hora.
Felipe Salvador Gilij, quien rescató de los propios indígenas Tamanaco la leyenda de Amalivaca, dios creador del Orinoco, escribió “Me pareció a mi y a quien como yo estaba sin reloj, que el horrible movimiento duró una hora al menos.  Otros dijeron que menos, pero lo cierto es que todos creyeron en común que una hora.  En acontecimientos tan horribles, que tanto mueven la fantasía, ¿quién es capaz de decir la verdad?  Continuaron después el mismo día y en los siguientes,   y hasta que después de nueve meses me marché del Orinoco, diversos terremotos, unos grandes y otros pequeños,  pero ninguno tan espantoso como el primero.  Este espantoso terremoto habría derribado del todo pueblos construidos con muros.  En el Orinoco no cayeron las cabañas, pero eran poco reparo para la ira divina, y cada uno,  en vez de piedras, temía que se le abriera bajo los pies la tierra.  Se abrió, en efecto, en algunas partes, manando hacia arriba donde antes no había, agua en abundancia.  Rodaron de los montes abajo en gran abundancia los peñascos.  Abrieron a guisa de volcanes, quedando después de ellos señales espantosas, los montes más altos.   De una islita que estaba primero bajo la roca Aravacoto  en el Orinoco, no quedó sino para funesta memoria un árbol.  Dejó en seco su canoa el cacique de los Otomanos.  Vuelto en sí, una vez acabado el terremoto, encontró que aquel lugar en que la había puesto se había llenado de agua no suya y había bajado lo menos dos varas”.

martes, 21 de agosto de 2012

Bolívar pide libertad de Bonpland

22 de octubre de 1823. Bolívar  envía una carta al gobernante del Paraguay, Gaspar Rodríguez Francia, intercediendo por la suerte de su amigo Amadeo Bonpland, quien se halla detenido por el dictador a causa de haber introducido innovaciones en el cultivo de la yerba mate, el cual consideraba perjudicial para el comercio de s país.
Apresado en diciembre de 1821 y conducido a Itapúa, Bolívar, a solicitud de su esposa, trata de interceder por su libertad, pero no lo consigue y Bonpland quedó en cautiverio durante diez años.
Bonpland, junto con Alejandro de Humboldt, había estado durante el mes de julio de 1800 en Angostura tras una expedición científica por todo el curso del Orinoco y Río Negro y ambos científicos habían conocido a Bolívar en Paris y acostumbraban cartearse.  Enterado el Libertador de la suerte de Bonpland escribe a su esposa:  Hace muchos años tuve la satisfacción de ligar mis sentimientos a los del célebre y virtuoso Bonpland, ahora digno esposo de Vd.  He sabido con sumo dolor, que este caballero se halla prisionero en el Paraguay con la inocencia que caracteriza a los mártires.  En consecuencia, me tomo la libertad de dirigir a usted tres cartas para el señor Francia, con el laudable fin de rogarle por la libertad de mi estimado amigo Bonpland; las que suplico a usted se sirva dirigirlas por diferentes vías al Paraguay…”
La carta de Bolívar a Rodríguez Francia decía entre otras expresiones: “Yo me encuentro ahora con el sentimiento de saber que mi adorado amigo, el señor Bonpland, está retenido en el Paraguay por causas que ignoro.  Sospecho que algunos falsos rumores hayan podido calumniar a este virtuoso sabio  y que el gobierno que V. E. preside se haya dejado sorprender con respecto a este caballero.  Dos circunstancias me impelen a rogar a V. E  encarecidamente la libertad del señor Bonpland.  La primera es que yo soy la causa de su venida a América, porque yo fui quien le invité a trasladarse a Colombia y ya decidido a ejecutar su viaje, las circunstancias de la guerra lo dirigieron imperiosamente hacia Buenos Aires; la segunda es que este sabio puede ilustrar mi patria con sus luces, luego que V. E tenga la bondad de dejarle venir a Colombia, cuyo gobierno presido por la voluntad del pueblo”.


lunes, 20 de agosto de 2012

Bolívar persigue a los corruptos

23 de octubre de 1817.          El gobierno supremo de la república prohibió la extracción clandestina de mulas, caballos y ganados, porque el estado los necesitaba para hacerse con ellos de elementos de guerra, para el servicio de los cuerpos de caballería y para la subsistencia del ejército.
            El oficio del Jefe Supremo para el Gobernador de las fortalezas de la Antigua Guayana dice lo siguiente: Señor Gobernador de las Fortalezas de la Antigua Guayana. Angostura, Octubre 23 de 1817. Señor Gobernador: Estoy informado que por Piacoa y otros lugares inmediatos a las bocas, se extraen clandestinamente mulas, caballos, ganados &c. habiéndose reservado el Gobierno estos artículos, por ahora, para comprar armas y municiones, los que se emplean en este giro cometen el doble crimen de defraudadores de los derechos nacionales y de aniquiladores de los objetos únicos que tenemos para hacernos de los preciosos elementos de guerra. Ordeno, pues, á V. S. que por sí y sus agentes comisionados, indague y examine escrupulosamente qué personas se hayan empleado ó empleen en este giro después de la ocupación de estas plazas por nuestras armas; y no perdonando medios para aprehenderlas me las remitirá con todos los bienes asegurados á esta plaza con el proceso que les forme.             Dios guarde á V. S. muchos años. Simón Bolívar.
            Otro oficio sobre el mismo asunto es remitido al General Rafael Urdaneta en los siguientes términos. Señor General:             Se me ha informado por personas muy fidedignas que por San Miguel ó las Tablas se han embarcado mulas, cueros y otros artículos, clandestinamente: que en los potreros situados a las orillas del río de Orinoco existen partidas de animales para este objeto. Indague V. S. escrupulosamente sobre todo esto: aprehenda y sumarie a cuantos hayan hecho o hagan este giro tan perjudicial a los intereses del Estado; y siendo cierto, remítamelos con seguridad a este Cuartel General junto con sus procesos.        Dios guarde a V. S. muchos años. Simón Bolívar. 

domingo, 19 de agosto de 2012

Expedición de Límites

24 de octubre de 1753. El rey Fernando VI, expidió en San Lorenzo una cédula real, dirigida al Gobernador y Capitán General de la provincia de Venezuela y ciudad de Santiago León de Caracas, por medio de la cual le remite copia certificada del Tratado firmado con la Corte de Lisboa sobre los dominios  de la parte meridional de la América y nombramiento de Comisarios por las dos partes para reconocer y establecer la frontera.
La Cédula, firmada, en lugar del Rey, por Zenón de Zomo y Villa, da cuenta de los nombres de los Comisarios que por la parte de España deberán ejecutar lo acordado por el río Marañón y parte del Norte de la línea.  Ellos son el Jefe de Escuadra don Joseph de Iturriaga, el coronel don Eugenio de Alvarado, el capitán de navío don Antonio de Urrutia y el de fragata don José Solano. “los cuales se han de encaminar a su destino por Cumaná y el río Orinoco..”
Pero los Comisarios de Portugal hicieron mutis en el escenario de la frontera de la línea Norte.  Nunca se presentaron, por lo que la parte hispana se dedicó a organizar y estructurar la provincia de Guayana fundando nuevos pueblos, fortificándola y recomendando la mudanza de la capital Santo Tomás de la Guayana a la angostura del Orinoco, dividida en dos Comandancias.
La Expedición de Límites no perdió su tiempo e hicieron y lograron con innumerables sacrificios y pérdidas  de vidas más de lo debido a pesar del Tratado de El Pardo (1761) que anulaba el Tratado de Madrid (1750). Las causas de ésta fueron las dificultades enfrentadas a lo largo de la década de 1750 para lograr una demarcación de las posesiones sudamericanas portuguesas y españolas, en un área enorme e inhóspita; la denominada Guerra Guaranítica, que consistió en la resistencia de los indígenas y jesuitas de los siete pueblos de las Misiones Orientales del Uruguay a salir de aquel lugar para que fuese entregado a Portugal; y la muerte, producida dos años antes, del rey español Fernando VI, con la subida al trono de Carlos III, el cual decidió la revisión general de los acuerdos hechos con los portugueses

sábado, 18 de agosto de 2012

Sucre Gobernador del Bajo Orinoco

25 de octubre  de 1817. Bolívar  nombró a Vicente Sucre y Urbaneja, Gobernador de las fortalezas de Guayana la Vieja y Comandante Militar del departamento del bajo Orinoco, sustituyendo a su hijo, el entonces coronel Antonio José de Sucre que ejercía ese cargo desde el 17 de septiembre del mismo año y que tenía también el encargo de organizar como en efecto ocurrió, un batallón con el nombre de Orinoco que puso al mando de su hermano Gerónimo.
Vicente Sucre, quien ejerció la Gobernación del Bajo Orinoco hasta 1818, había sido Regidor y Alcalde ordinario del Ayuntamiento de Cumaná en 1799 y 1800.  Casado con María Manuela Alcalá y Sánchez, enviudó en 1802 y se volvió a casar con Narcisa Márquez de Valenzuela y Alcalá.  Alcanzó el grado de coronel del cuerpo de cadetes de Cumaná y cono tal, reconoció el movimiento independentista.  Su muerte se registró en junio de 1824 cuando su hijo Antonio José de Sucre se hallaba en Huanuco preparando su ejército para abrirse paso hasta la conquista total y definitiva del Perú.  Todavía en agosto de ese año nada sabía de la muerte de su padre, pues  le escribe a su amigo el coronel Vicente Aguirre el  3 de agosto desde Pasco diciéndole que “anoche he recibido su muy apreciable carta del 22 de junio con las tres cartas de mi familia que se sirve acompañarme.  Doy a Vd. mil gracias: hacía meses que no tenía cartas de mi casa y éstas, aunque atrasadas, me han dado mucho gusto.  Van esas cartas para mi padre, la una irá en el primer correo y la otra en el correo siguiente”.

viernes, 17 de agosto de 2012

Logia Asilo de la Paz


26 de octubre de 1854. La Logia Asilo de la Paz  de Ciudad Bolívar perdura desde octubre de 1854 por iniciativa de José Gabriel Ochoa quien fue su primer Venerable Maestro y luego que “La Concordia”, fundada en 1818, se había extinguido por los avatares. De ella sólo quedó el homenaje a su memoria una calle larga que cruza todo el Casco Histórico de Ciudad Bolívar.      
            José Gabriel Ochoa, su primer Venerable, hijo de Antonio José Ochoa y María Manuela Urbina, había nacido precisamente en 1818 cuando fue fundada en Angostura, su ciudad natal, la Logia La Concordia.
            Durante su juventud estuvo al lado del Gral. Tomás de Heres, pero se destacó como un gran liberal bajo las banderas amarillas de Ezequiel Zamora con quien desembarcó en las costas de Coro el 22 de febrero de 1852 llegando a ser Secretario del General Juan Crisóstomo Falcón durante la Guerra Federal.
            Fue diputado provincial, congresista, Gobernador de Guayana en 1872, Ministro de Interior y Justicia, de Relaciones Exteriores y de Crédito Público. Falleció el 17 de febrero de 1876.
            Acompañaron a José Gabriel Ochoa en la fundación da la Logia Asilo de la Paz Nº 13, Simón Meza y Fermín Carreño como Primer y segundo vigilantes, respectivamente; Ramón Serrano en calidad de Orador Fiscal y Francisco Serrano, como Secretario.
La Logia Asilo de la Paz No. 13 que tiene antecedente histórico en la Logia La Concordia fundada por los patriotas en los sótanos de la Casa del Congreso de Angostura en 1818, no tuvo edificación propia sino a partir de febrero de 1875 en la calle Santa Ana donde aún pervive.  Anteriormente su sede era itinerante en casas arrendadas.  Su sede y templo actuales fueron erigidos sobre los muros de una casa de familia propiedad del comerciante Ángel Santos Palazzi. Adquirida y cancelado su valor de 4 mil pesos  en varias mensualidades.  La Casa con el tiempo fue transformada, se le construyó en la fachada dos columnas simbólicas del templo de Salomón y el salón o templo de los ritos propios de la francmasonería en forma de escuadra.  En esa vetusta casa en cuyo jardín mora una estatua pedestre del Libertador inaugurada en 1883, se observan signos de la vieja tradición que parecen inmortales y que se confunden  con todos los orígenes atribuidos a la masonería: las columnas, las espadas de Las Cruzadas,  los signos del paganismo, la espada, la escuadra,  el compás y el mandil del albañil. Por allí han pasado militares, guerreros,  acaudalados hombres de negocios, benefactores, filántropos, en fin, líderes de la libertad y la fraternidad.
            Además de la Asilo de la Paz, existen en Guayana la Logia “Pedro Cova”, de Upata; “Dios y Patria”, de Tumeremo; “Dalla Costa”, de El Callao; “Sol de Imataca”, de El Palmar; “Estrella  Guzmán Blanco”, de Ciudad Piar; “Domingo Faustino Sarmiento”, de San Félix; “Diego de Ordaz”, de Puerto Ordaz; “César Obdulio Iriarte”, de Puerto Ordaz; “Estrella del Roraima” de Santa Elena de Uairén y Logia Presidente Raúl Leoni, de Guri. Existen además en el Estado tres Logias en situación de irregularidad, vale decir, sin reconocimiento de las potencias Mundiales Regulares.

jueves, 16 de agosto de 2012

La Planta de Briquetas

27 de octubre de  1973.  El Presidente de la República, Rafael Caldera, inauguró en Ciudad Guayana la planta de briquetas y trituración, secado y clasificación de mineral de hierro de la Orinoco Mining y puso en marcha las ampliaciones  de las celdas de reducción de Alcasa y el inicio de las operaciones de la empresa Metalmeg  diseñada para fabricar implementos petroleros y petroquímicos.
            La Planta de briquetas, única en su tipo en el mundo,  fue  concebida para reducir mineral de hierro metálico, cuya utilización en Sidor contribuye a aumentar la productividad de la Siderúrgica Nacional y a reducir el consumo de coque.
            La capacidad de producción de la planta es de un millón de toneladas métricas de briquetas por año con tenor o contenido de hierro de 86,5 por ciento, en contraste con el tenor promedio de 58 por ciento del mineral fino en su estado natural.  Esto no sólo destacaba su importancia por representar el primer paso concreto para beneficiar localmente el mineral de hierro y darle valor agregado, sino porque su utilización vino a aumentar la productividad de Sidor y disminuir el consumo de coque.
            La Planta de Briquetas comenzó a consumir 1.400.000 metros cúbicos de gas natural por día comprado a la CVP y 114.000 KWH comprados a la CVG Electrificación del Caroní.
            En cuanto a la Planta de Trituración, Secado y Clasificación, fueron invertidos 112.000 millones y la misma permitía  reducir el tamaño máximo del mineral de acuerdo con las exigencias de la industria siderúrgica, asimismo homogenizarlo para lograr una composición química y física invariable y clasificarlo. .

miércoles, 15 de agosto de 2012

El bronce pedestre de Bolívar

28 de octubre de 1869. La Primera estatua de bronce del Libertador Simón Bolívar se erigió en la Plaza Mayor de Angostura el 28 de Octubre de 1869, fecha en que ya la histórica Capital había cambiado su nombre por el de Ciudad Bolívar.
La colocación de esta estatua hecha en Italia por el escultor Pedro Tenerani en el mismo molde en que hizo la de Bogotá y la cual domina el llamado Cuadrilátero Histórico  de Ciudad Bolívar,  se hizo por resolución del entonces gobernador Juan Bautista Dalla Costa Soublette, pero la iniciativa la tomó la Asamblea Constituyente del Estado Soberano de Guayana en 1864.
A este gobernante de ascendencia italiana se le atribuye, además, el decreto de instrucción popular gratuita y obligatoria, antes de que el Presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco, la implantase nacionalmente. Asimismo se le atribuye haber salvado a Guayana de los horrores de la Guerra Federal, aunque después no pudo librarla de la Revolución de los Azules.
Una junta designada por el gobierno regional de Juan Bautista Dalla Costa e integrada por el General Simón Briceño, doctor Juan Teófilo Benjamin Siegert, José Lezama, Hilarión Gambús, Tomás Machado y Andrés Montes, llevó a feliz término la obra monumental, financiada a través de una colecta pública en la que el primer enrolado fue el propio Dalla Costa con una contribución personal de 250 pesos.
Según las Crónicas que datan de la época, en el departamento Heres que así se llamaba entonces el Municipio Ciudad Bolívar, se recogieron 11.495,43 pesos; en el departamento Yuruari, 545,03 pesos; en el departamento Upata, 434,25 pesos y en el departamento Alto Orinoco, 71,50 pesos para un gran total de 12.246,21 pesos.
El 28 de octubre de 1869 quedó solemnemente inaugurada la estatua y el gramático guayanés, Licenciado Ramón Isidro Montes, pronunció el discurso de orden. Era día de San Simón, onomástico propicio para honrar al famoso caudillo que desde Angostura hasta el Perú hizo posible la guerra emancipadora de Venezuela y América. 

martes, 14 de agosto de 2012

Decapitado Sir Walter Raleigh


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29 de octubre de 1618. Sír Walter Raleigh parecía tener muchos títulos: caballero, gentil hombre, poeta, filósofo, militar, parlamentario, gobernante, político, en fin, favorito de la Reina Virgen, pero para los hispanos no era más que un Pirata que merecía morir decapitado y, en efecto, murió bajo el filo del hacha del verdugo de la Justicia Real. Pero, tal vez, no haya sido por Pirata, sino porque gastó toda una fortuna, propia y ajena, incluso, sacrificó vidas, hasta la de su propio hijo, sin lograr para su Reino las ricas y doradas tierras prometidas de Guayana.
Han pasado siglos y la imagen de Raleigh, sigue viva en el espacio que no pudo conquistar y en la Torre normanda de Londres donde fue ajusticiado por Jacobo Primero, sucesor de la Reina Isabel, quien fue siempre su virgen protectora.
La desgracia de Raleigh, quizás, comienza con la muerte de la Reina Virgen en 1603. Desde entonces fue su calvario, pero también su resistencia, su lucha por sobrevivir y continuar con la empresa que había emprendido. Escribe dos libros trascendentales. “El descubrimiento del grande, rico y bello imperio de Guayana”  e “Historia del mundo “ en cuatro tomos.
El gran aventurero de los mares y navegante intrépido, tejió  sueños dorados, sembró esperanzas y dio a conocer estos horizontes del continente nuevo en alas de la fantasía, alas que al final se quebraron al tratar infructuosamente de conquistar y colonizar las tierras norteñas de Virginia y el Valle del Orinoco.
En una de sus incursiones murió su hijo Wat, enfrentado al Gobernador de Guayana, Diego Palomeque de Acuña. Luego su lugarteniente, Lorenzo Keymís, iría al suicidio mientras Raleigh, deprimido, frustrado, retornaba a su tierra donde bajo la niebla imperecedera lo aguardaba la admonición mortal de Jacobo Primero.
Antes de ser decapitado en aras de la paz de Inglaterra con España, a quien el antiguo Capitán de la Casa Real odiaba en sus predios americanos, escribió este su epitafio el 29 de octubre de 1618. Tal es el tiempo depositario / de nuestra juventud, dicha y demás / y no devuelve sino tierra y polvo. /El que en la tumba muda y triste  /cuando terminó nuestro camino,/ la historia encierra de la vida nuestra /.De esta tumba, polvo y tierra, / me librará nuestro señor, según confío.”

Protesta contra el Padre Blanco


30 de octubre de 1827, José Félix Blanco, siendo Intendente y Gobernador del Departamento Orinoco con cabecera en Barinas en 1827, fue comisionado por el Libertador para que se trasladase a Guayana, provincia de su jurisdicción departamental,  a objeto de solventar con los habitantes un problema relacionado con los impuestos, pero  después de tres meses de estada fue protestado y expulsado al igual que el Gobernador de Guayana José Manuel Olivares.
Iniciaron el movimiento de rebelión  el coronel Ramón Contasti, recién llegado de la campaña del Sur;  Eusebio Afanador, coronel Francisco Pildaín, los alcaldes de la ciudad Felipe Domínguez y Nicanor Afanador y los concejales  Bibiano Vidal, Manuel Bermúdez, Lorenzo Lezama y Felipe Cardier, apoyados por la guarnición de la plaza y buena parte de los citadinos.
Entre las razones esgrimidas contra el Padre Blanco citaron los líderes del movimiento “la causa criminal pendiente seguida contra él por los munícipes del Cantón de Upata  en 1822; por su conducta despótica, arbitraria e indecencia pública” y en realidad por resistir a los crecidos impuestos que él venía a cobrar en nombre del Gobierno de Bogotá.
Los angostureños llenaron el vacío de las autoridades legítimas, designando Gobernador interino al Alcalde Felipe Domínguez y Comandante de Armas al Coronel Remigio Femayor, oficial que fue de la Caballería de Piar.  El Padre Blanco fue embarcado en un Steel boat de James Hamilton anclado en el puerto y dejado en Cabruta a donde llegó escoltado por el coronel Ascensión Farreras..
El 17 de diciembre de ese año llegó a la Angostura el General José Laurencio Silva por orden del Libertador a reestablecer el ordeno constitucional interrumpido por la revuelta popular y a hacerle juicio a los comprometidos en el complot.  Poco después el Libertador se vio obligado a destituir del departamento al Padre Blanco atendiendo a una protesta del Cabildo de Barinas.

lunes, 13 de agosto de 2012

Natalicio de J. F. Reyes Baena


31 de octubre de 1909. Guayanés de una vasta trayectoria intelectual.  Abogado, pedagogo, periodista y autor de una reconocida obra ensayística  en la que abordó todos los temas de la realidad nacional.  Director de la revista Oriflama y del diario El Nacional de Caracas, Director de la Facultad de Humanidades de la UCV y  Premio Nacional de Periodismo.
            Nació para vivir 79 años, pues falleció el primero de julio de 1988  “sin arterioesclerosis en las ideas y mucho menos en la pluma” como bien lo señaló en su oportunidad el periodista Francisco Salazar Martínez.
Estudió secundaria en el Colegio Federal de Guayana  y perteneció a la generación  de guayaneses que junto con Héctor Guillermo Villalobos, Ricardo Archila, José Miguel Gómez Rengel, Juan Alberto Gambús, Jorge Figarella, Pablo Ruggeri, Herman Meinhardt y Carlos Tinoco Rodil se distinguieron en el campo intelectual y democrático en la última década de la dictadura gomecista.  Desde el Centro Estudiantil del Colegio le tocó dirigir la revista Oriflama, publicada mensualmente entre 1926 y 1928 y que no obstante su calidad puramente literaria, sirvió de respiradero a las ideas democráticas y antiimperialistas.
Se alejó de Ciudad Bolívar al dejar el Colegio Federal para ingresar a la Universidad Central de Venezuela  en donde cursó y alcanzó el doctorado en Ciencias Políticas. De aquí pasó a fundar en calidad de director el Liceo Fermín Toro de donde salió para asumir la dirección del Ministerio de Educación.  Ese mismo año aceptó la jefatura de Provincia del diario El Nacional y dos años después se encarga de la dirección del mismo diario de Puerto Escondido al tiempo que cursa  Humanidades y Educación hasta graduarse en la mención periodismo impreso formando parte de la primea promoción de esa Escuela.. En 1957 dejó la dirección del diario El Nacional para hacer equivalencias en algunas materias y graduarse de abogado.  En 1958 tras el derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez se incorpora  como docente en la Universidad Central de Venezuela llegando a ser decano de la Facultad de Humanidades.
Juan Francisco Reyes Baena fue un humanista militante y en esa dirección estuvieron encausados sus escritos y lecciones. Afirmaba que “toda ciencia debería ser humanística, pues tanto las ciencias sociales como las experimentales tienen que orientarse hacia la eliminación de la miseria y la ignorancia, la desigual distribución de las riquezas y la aceleración del proceso de liberación de los pueblos”.

domingo, 12 de agosto de 2012

Natalicio de Alfredo Machdo


Primero de Noviembre de 1848. Nació en Ciudad Bolívar el médico, escritor e investigador científico, Alfredo Machado y murió en Caracas el 11 de octubre de 1920 a la edad de 72 años, justamente cuando en su ciudad natal se celebraban los Juegos Florales en el Teatro Bolívar con motivo del Día de la Raza. Por cierto que su padre Hilario Machado era el animador del programa y debió ser sustituido por el doctor Jm : Agosto Méndez para poder viajar al sepelio de su hermano.
Alfredo Machado estudió primaria y secundaria en el Colegio Federal de Guayana.  Allí se graduó de bachiller en filosofía  el 2 de septiembre de 1866 bajo la rectoría del doctor Wenseslao Monserrate y seguidamente optó por el bachillerato en medicina recibiéndose como tal el 7 de agosto de 1871 bajo la rectoría del doctor L. M. Luzardo.  Para doctorarse viajó a Caracas e ingresó  en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela donde  se recibió  de doctor en medicina en 1872.                                                    
Empezó a ejercer la profesión en los estados Cojedes y Guárico donde se hizo tan popular que fue escogido para representar al Estado en el Parlamento Nacional.  Aprovechó sus conexiones políticas para viajar a Europa a objeto de actualizarse y ponerse en contacto con los adelantos de la medicina.  De vuelta a Venezuela fue reclamado por su ciudad natal, donde se dedicó al ejercicio de la medicina  a la par que a la docencia. Dada su calidad de  Primera categoría del Colegio Federal, se podía seguir la carrera de medicina.  Aquí ejerció varias cátedras dentro de ese campo que le era propio  (1990-1994).  Retornó a la Capital de la República donde hizo carrera profesional y académica.
Vicerrector de la Universidad Central de Venezuela, cofundador y primer Vicepresidente del Colegio de Médicos de Venezuela, Presidente de la Junta de Instrucción del Distrito Federal, Presidente de la Academia Nacional de Medicina, de la Comisión Organizadora  del Primer Congreso Venezolano de Medicina. Igualmente del II Congreso, Corresponsal de la Sociedad de Medicina e Higiene Tropicales de Londres y Presidente del comité venezolano del Primer Congreso Americano del Niño.  Autor de  los trabajos de investigación “Descartes y el Método”, “La Fiebre amarilla”., “Fiebre tifo-malárica”  Un busto le fue erigido en la Academia Nacional de Medicina en 1963.

sábado, 11 de agosto de 2012

Natalicio del Fundador de Santa Elena

2 de noviembre de 1894.  Nació en El Baúl, Estado Cojedes, Lucas Fernández Peña, fundador junto con  misioneros capuchinos del pueblo fronterizo Santa Elena de Uairén actual capital del Municipio Gran Sabana del Estado Bolívar.
            Desguarnecidas estaban nuestras fronteras en 1923 cuando Lucas Fernández Peña remontó la eminente piedra de La Escalera con un pesado guayare sobre la espalda y caminó leguas y leguas en busca de la zona fronteriza por donde se decía estaban penetrando buscadores de El Dorado.
            Deseaba permanecer en un sitio fijo próximo a la frontera, pues ya había aventurado suficiente desde 1912 que llegó a Ciudad Bolívar y avanzado hasta las minas auríferas del Yuruari,  Tumeremo, El Dorado y Venamo.
            Cuando acampó en el valle del río Uairén, entre la Sierra Pacaraima y las serranías de Akurimá no dudó de las ventajas de aquel lugar neblinado, poblado por indios Taurepanes de la etnia Pemón y catequistas ingleses de la religión adventista.
            Allí a 907 metros de altitud y con clima agradable, el 16 de septiembre de 1923, sentó sus reales Fernández Peña y siete años después lo hicieron los misioneros capuchinos.         Los capuchinos que acompañaron a Fernández Peña en la Fundación de Santa Elena de Uairén fueron Nicolás de Cármenes, Fray Gabino de San Román y Maximino de Castrillo, fundador de las iglesias de El Callao y El Palmar. Llegaron allí el 28 de abril de 1931, después de muchos días de camino, venciendo los elementos de la selva, de la lluvia, de los ríos y hasta el hostigamiento de los  propios indios que tenían como misión civilizar, venezolanizar y evangelizar.
            La distante y aislada zona fronteriza de la Guayana venezolana estaba entonces ocupada por grupos ingleses de la religión adventista que enarbolaban en sus chozas las enseñas de su país. Acaso fue esta ocupación pacífica de los adventistas foráneos lo que indujo al gobierno de Juan Vicente Gómez a firmar un convenio con los padres capuchinos para instalar en la Gran Sabana dos centros misioneros: el de Santa Elena de Uairén y el de Luedpa posteriormente transferido a Kavanayén.
            Santa Elena nació con el nombre de la madre de Constantino El Grande, impulsor del cristianismo, y también con el nombre de la primera hija de Fernández Peña.

viernes, 10 de agosto de 2012

La Isla fluvial de Anacoco

3 de Noviembre de 1966. Evidente tensión entre los gobiernos de Venezuela y Guyana por la ocupación total de la Isla fluvial de Anacoco por parte del ejército venezolano.
La isla de Anacoco en la confluencia de los ríos Venamo y Cuyuní, en los límites con la actual zona del Esequibo en reclamación,  tiene una superficie de 28 kilómetros cuadrados, en su mayoría tierra fértil, buena para la agricultura, con vegetación pesada de altura predominante media de 20 metros.
A partir del litigio surgido por la zona en reclamación, el Gobierno Nacional bajo la presidencia del doctor Raúl Leoni, se dio a la tarea de ocupar la isla y poblarla luego de un reconocimiento por los comisionados funcionarios del MOP, José Cabezas y Francisco Guevara Luces.  Pero esta decisión del Gobierno Nacional provocó una reacción del Gobierno  de Forbes Burham y la quema de la bandera venezolana frente al Consulado por parte de manifestantes.
El gabinete de Bornham publicó mapas de la isla fluvial de Anacoco, 360 kilómetros al oeste de Georgetown con la línea de demarcación entre las dos zonas, trazado fronterizo basado en las conclusiones del estudio realizado por una comisión anglo-venezolana entre noviembre de 1900 y octubre de 1904.
La Cámara de diputados del Congreso Nacional, entonces presidida por Dionisio López Orihuela, protestó enérgicamente  “por la ofensa inferida a nuestro país por súbditos de Guyana, estimulados por el Gobierno de Georgetown”.  Asimismo, mediante acuerdo, ratificó de manera expresa los títulos de soberanos de Venezuela sobre la Isla de Anacoco y rechazó categóricamente cualquier intento del Gobierno guyanés por desconocer estos títulos.
El Parlamento venezolano respaldó la firme actitud del Ejecutivo Nacional en resguardo de los derechos de soberanía de Venezuela sobre la Isla de Anacoco y  le solicitó  el incremento de una eficaz política de frontera que permita mantener un adecuado sistema de vigilancia en los linderos con Guyana y demás territorios limítrofes.

Cyrenius Charles Fitgerald

4 de noviembre de 1896. Cyrenius Charles Fitgerald, ingeniero civil y de minas, vinculado a la explotación ferrífera y aurífera de Guayana, falleció en los Estados Unidos de América, su país natal, y su obituario reproducido en el periódico Venezuelan Herald, de Nueva York  lo dio a conocer con este lamento:  “…irónicamente, quien fuera Director-Gerente  y lograra el desarrollo  de una de las principales minas de oro del mundo, murió prácticamente en la miseria…”Cyrenius Charles Fitgerald, efectivamente, fue Director- Gerente de la Compañía  Exploradora Minera del Orinoco, propiedad del norteamericano Joseph B. Austin, primera en introducir maquinarias para el tratamiento de mineral aurífero e iniciadora de la explotación comercial del Oro en Guayana a partir de 1869 hasta 1878 cuando fue declarada en quiebra.
De aquí pasó a desempeñar el cargo de Gerente de la Compañía Minera de El Callao al lado de su Presidente don Antonio Liccioni y logra aumentar  los rendimientos hasta hacer de la mina de El Callao una de las primeras del mundo.  Su permanencia se corta en 1880 cuando decide participar como socio industrial con un 33 por ciento del capital en la fundación de una nueva compañía minera, Alianza de Cicapra, donde figuraba como socio principal  Henry Lord Boulton.
Poco después Cicapra es absorbida por un Consorcio inglés y Fitzgerald se asocia con el Presidente de la República Antonio Guzmán Blanco para llevar adelante un proyecto relacionado con el desarrollo de la región del delta del Orinoco, el cual se concreta en septiembre de 1883, a través del otorgamiento de dos concesiones de más de 13 millones de hectáreas que abarcaban al Delta del Orinoco hasta el río Esequibo y partes del Oriente venezolano.
En función de este proyecto que comprendía desarrollos agropecuarios, mineros, transporte y colonización, Fitzgerald constituye en Nueva York la empresa The Manoa Company Ltd y nombra ingeniero de minas residente a su recién graduado hijo George Eduard Fitzgerald, quien descubre  en 1885 las minas de hierro de Imataca, la cual se convertirá años más tarde en la primera explotación comercial a gran escala  del mineral de hierro en Venezuela.  Sin embargo, los ambiciosos proyectos de Fitzgerald no lograron atraer capitales y el Congreso Nacional rescindió el contrato de las concesiones que produjo el cese de actividades en Venezuela.  Tampoco tuvieron éxito sus proyectos en los Estados Unidos, donde murió a la edad de 65 años.         

jueves, 9 de agosto de 2012

Eduardo Oxford López

5 de Noviembre de 1894.  Nació en Ciudad Bolívar Eduardo Oxford López, pero se crió y se hizo hombre en Upata para luego anclar en El Palmar donde fundó su familia tras casarse con Carlota Arias con la cual tuvo once hijos, incluyendo al doctor Eduardo Oxford Arias, quien fue Gobernador del estado Bolívar  (1969-1970).
Vivió intensamente en la ciudad y la montaña.  Recorrió casi todos los caminos de la selva, incluyendo los ríos bravíos, anduvo de churuata en churuata conociendo la vida de los indígenas y compartiendo el trabajo del balatero y del minero, muchas veces con guayare en el lomo y algún libro de la biblioteca de su padre médico que vivió velando por la salud y en franco combate contra el  paludismo y la fiebre amarilla en la región del Yuruary.
En medio de la selva se dedicó a recuperar el tiempo que poco le dedicó a sus estudios formales.  Se dispuso a estudiar, leer y orientar su espíritu, .Su alma inquieta se afinó en la lectura para educarse logrando una formación segura y resistente que comenzó a poner de manifiesto a partir de 1916 colaborando en el vespertino El Luchador de Ciudad Bolívar y en los semanarios y mensuarios de Upata, Tumeremo y El Callao.
Asimismo ejerció cargos públicos tanto en la Guayana adentro como en la propia capital bolivarense, ya como Secretario privado del Presidente del Estado doctor José Benigno Rendòn, como Inspector fiscal de las Rentas del estado, Guarda minas de Oriente, y Senador del Congreso Nacional por el Estado Bolivar desde 1939 a 1945, llegando a ser Vicepresidente de la Cámara en tiempos del Presidente  Medina Angarita.  Luego se desempeñó como Comisionado especial para la investigación censal geo-etnográfica de los Estados Apure y Bolívar.
Escribió varios libros, entre ellos,  Vendimia, el primero en 1933; Usupamo y otras divulgaciones, Guayana y sus problemas, Células nuestras, (ganador de un certamen literario), Los servidores de la nacionalidad,  el Hospital Oxford de Upata,  Apuntaciones para una geografía económica,  Por las churuatas de nuestros indígenas, Dalla Costa administrador y estadista y Relatos y leyendas del sur venezolano, editado en tiraje de 5000 ejemplares en 1964 por la Gobernación del Estado.
Eduardo Oxford López perteneció a varias instituciones nacionales, entre ellas, la Academia Nacional de la Historia, Asociación de Escritores de Venezuela, Asociación Venezolana de Periodistas y Consejo Nacional de Economía.

miércoles, 8 de agosto de 2012

El Escudo de Guayana

6 de noviembre de 1795. Su Majestad el Rey Carlos IV ordena la creación de un Escudo que simbolice la importancia que la Provincia de Guayana tiene de por sí y para su Reino.  Es decir, un escudo donde se enfaticen sus atributos más sobresalientes y los cuales al ser recibido por el Gobernador de la colonia, Luis Antonio Gil, quedaron descritos así: “El tamaño del Escudo tiene  1,70 metros de altura por 72 centímetros  de ancho, adornado con ramazones de sinople, que representa en heráldica honra, amistad, abundancia, cortesía, respeto y posesión. Lo corona un primoroso yelmo dorado, con la visera calada, de gules y amarillo; representando aquel color magnanimidad, valor audacia, honor y victoria con sangre. Está dividido en dos cuarteles en campo azur, como emblema de justicia, perseverancia y lealtad; en el superior se ve un navío de 24 cañones por banda, con velas desplegadas y sueltos al aire los matices de la bandera de Castilla en el palo de mesana, y en el campo inferior: tres piñas de oro, como símbolo de clemencia, de hermosura, de soberanía, de amor, de prosperidad y de constancia. Alrededor de ese escudo se lee en orla de plata la siguiente inscripción latina “Haud ulli spectaberis impar dives opum vaiarum” (no encontrarán otra de más variada riqueza) cuyos extremos descansan sobre dos caciques armados, quienes, a su vez, tienen bajo sus plantas sendos caimanes”
            Por decisión de las Cortes Generales y Extraordinarias de España, a la ciudad le fue concedida el 6 de febrero de 1812 “la gracia de que al escudo de las armas pueda agregar por adorno los trofeos de cañones, balas, fusiles, banderas y demás insignias militares, que sirvan para representar las que los leales guayaneses cogieron a los rebeldes de Nueva Barcelona en la acción del 5 de septiembre de 1811”.

martes, 7 de agosto de 2012

El Bachiller Ernesto Sifontes

7 de Noviembre de1959. Se registró la muerte del Bachiller Ernesto Sifontes, observador hidrográfico del río padre, meteorólogo,  hidrólogo y pedagogo., fue el primero en realizar y  registrar observaciones  diarias y minuciosas que permiten hacer predicciones sobre las grandes crecidas del Río Orinoco.
Nacido en Ciudad Bolívar el 21 de Abril de 1881, era un hombre de estatura baja, asequible, amable, sencillo, ambientalista, consustanciado con la naturaleza y el río. Por sus venas corría sangre india, alemana y portuguesa y su vocación científica  creyó siempre que venia de la afición que tenía su abuelo berlinés por las novedades de la astronomía.
Estudió en el Colegio Federal de Varones, donde se graduó de bachiller en filosofía a los 20 años, edad cuando comenzó a publicar en “El Anunciador” sus observaciones meteorológicas. Los bolivarenses empiezan a ver con interés al Bachiller Sifontes a raíz de la aparición del Cometa Halley en 1910, cuando el astrónomo Flanmarión, entre otras cosas, decía que la humanidad podría morir de alegría por la influencia magnética de la electricidad de que estaba cargada la cauda del cometa.
Desde la azotea de la Casa del Congreso de Angostura, entonces sede del Colegio Nacional, observaba a través de un telescopio al cometa y mantenía informados a los bolivarenses de sus movimientos y aproximación a la tierra.  Fue un nato investigador de la meteorología en general y llevó su investigación hasta hechos históricos, costumbres y tradiciones de bolivarenses, mereciendo su reconocimiento como Cronista de la Ciudad y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia. En calidad de fundador dirigió hasta 1940 la Estación Meteorológicas de Ciudad Bolívar y fue asumido como Hidrólogo de las Fuerzas Navales y Miembro de la Sociedad Interamericana de Antropología y Geografía, de la Sociedad Meteorológica de Francia, de la Sociedad Geográfica de París, de la Sociedad Astronómica de Bélgica y de la Sociedad Meteorológica de Boston.
Cuando el bachiller Ernesto Sifontes murió, a la edad de los 78 años, Venezuela recién salía de la dictadura con un gobierno directamente electo por el pueblo. Los escasos periódicos que entonces habían sobrevivido se veían atiborrados de información política y de amenazas golpistas; por eso, tal vez, hubo poco espacio para resaltar la obra de quien acababa de morir. Una obra que se encuentra diseminada en publicaciones y revistas, fundamentalmente en sus periódicas monografías sobre climatología, meteorología, hidrología e hidrografía. Un año antes de su fallecimiento había publicado: “Del Orinoco al Ávila”, “El Playón de la Cocuyera” y “Manchas del Orinoco”. Las tres en una editorial de Barcelona, España.