Esta segunda imprenta adquirida por el gobierno republicano, destinada a suplantar la del Correo del Orinoco, por orden superior tuvo que ser trasladada a la ciudad de Nuestra Señora del Rosario de Cúcuta con vista a la instalación allí del Congreso constitutivo de la nueva república de Colombia.
El Gobierno ordenó a Roderick trasladarse con ella a Cúcuta. Sin embargo, esta prensa no llegó a su destino sino que se quedó de tránsito en Maracaibo, donde fue hábilmente aprovechada por Monseñor Mariano Talavera y Garcés, para editar El Correo Nacional.
Andrés Roderick, con su recién llegada imprenta venida de Filadelfia, optó por quedarse en Maracaibo aprovechando que esta provincia en poder de los realistas había proclamado su independencia el 28 de enero de 1820 y por otra parte, porque eran serias las dificultades para seguir cargando hasta Cúcuta con la pesada máquina tipográfica como bien quedó evidenciado en la nota que después publicaría el Correo Nacional a manera de editorial:
“Casi al momento mismo de proclamarse aquí la Independencia, y cuando la sabiduría del Gobierno se ocupaba en las muchas y graves atenciones que son consiguientes a la transformación política de algún pueblo, nos llegó como un don precioso emanado del Cielo, una de las mejores Imprentas de la República, con destino a Cúcuta para el servicio del Supremo Congreso; pero la dificultad de conducirla por caminos de tierra; la lisonjera esperanza de que venga a establecer aquí el augusto Tribunal y más que todo el ahínco del gobierno de proteger los Pueblos desde el momento mismo en que se acogen bajo el sagrado auspicio de las leyes sabias y liberales, han hecho superar obstáculos que se oponían a tan útil establecimiento”.
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