31 de agosto de
1962. Trinidad y Tobago que duante la colonia
formaban parte de Guayana, proclamaron su independencia de la Gran Bretaña,
luego que este país la concedió 26 días antes.
Situada
al nordeste de Venezuela, con una superficie de 4.848 kilómetros cuadrados,
Trinidad, al igual que Tobago, fue descubierta por Cristóbal Colón en su tercer
viaje a la América cuando también ha de tomar por primera vez agua del Orinoco.
Ambas islas fueron conquistadas y colonizadas por
España y formaron parte de la Provincia de Guayana dependiente unas veces de la
Audiencia de Santo Domingo y otras del Virreinato de Santa Fe.
San
José de Oruña, principal pueblo de Trinidad fundado por los conquistadores, y
que llegó a ser asiento del Gobernador de la Provincia de Guayana, fue blanco frecuente de los invasores
británicos, holandeses y franceses.
Durante la guerra napoleónica los ingleses volvieron a invadirla y se
apoderaron definitivamente de ella. En
1802, España dejó de tener interés en la Isla y la cedió formalmente a
Inglaterra mediante el llamado Tratado de Amiens, pero funcionaba
administrativamente separada de Tobago,
que para entonces era colonia francesa.
En
1899 Trinidad y Tobago resuelven su unidad administrativa y deciden
posteriormente, en 1958, formar parte de la Federación de Antillas Británicas
junto con Jamaica, Barbados e islas de Sotavento y Barlovento. Al romperse la Federación en 1961, Trinidad y
Tobago comenzaron a luchar por su independencia, la cual le fue concedida el 3
de agosto de 1962 y proclamada seguidamente el 31. Ese mismo año pasó a integrar la Organización
de las Naciones Unidas y en 1967 ingresó a la Organización de Estados
Americanos.
Trinidad
y Tobago poblada por casi un millón de habitantes, se rigen por una monarquía
constitucional dentro de la comunidad de naciones británicas en la que la
corona está representada por un Gobernador General y el jefe del gobierno es un
Primer Ministro responsable ante el Parlamento.